Sonreía Lucas Glover mientras abría los brazos en el green del último hoyo para recibir a su hija que, llorando, corría hacía él para festejar el triunfo. Había costado mucho, pero el título ya era suyo.
El Wyndham Championship llevaba su nombre con un margen de dos golpes (-20) sobre Russel Henley y Byeong Hun An, y eso que su última vuelta fue la peor de las cuatro que jugó, con 68 golpes (bogey en el 1 y birdies en el 4, 8 y 11), pero el amrgen que traía y el hecho de que los rivales no apretaron en exceso le permitió tomarse la jornada con cierta calma.
Más abajo quedaron otros como Adam Scott y Adam Svensson (T7 con-12), Andrew Putnam (T27 con -7) o Brandt Snedeker (T45 con -4).
Sin embargo, el gran derrotado fue, sin duda alguna, Justin Thomas, autor de 68 golpes para concluir con -11 en el decimosegundo puesto, pero quedándose fuera de los playoffs de la FedEx Cup por tan solo un golpe.
Tras una mala temporada, cambios en su juego, en su material, presentándose a torneos que nunca había jugado para conseguir puntos…todo, pero la suerte le fue esquiva y el destino jugó con él. En el hoyo 18 tenía un golpe asequible para birdie, todo lo que necesitaba; su tiro fue por la línea, directo al hoyo, pero tocó en el palo de la bandera y se salió, en medio de un grito de asombro y tristeza por parte del público mientras que él, tirado en el suelo, se lamentaba. Habían sido milímetros.
Su fatídico destino se acrecentó más tarde cuando Glover ganó para saltar del puesto 112 al 49 y otros que estaban también en el alambre, como Thomas, recogieron suficientes puntos para hacer que el norteamericano terminara nueve puntos por detrás del nº70, Ben Griffin. Nunca se había perdido los playoffs en su carrera…hasta hoy. Y ahora, peligra también su participación en la Ryder Cup.
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Fotos: Lucas Glover (PGA Tour)