Hovland cerró con 2-bajo 70 en otra prueba brutal en un campo tostado toda la semana por el sol, forzando el desempate con un birdie de nueve metros en el 17 – el único en ese hoyo en la ronda final – y salvando el par desde detrás del green del 18.
De vuelta al 18 en el desempate, Hovland llegó a duras penas a la parte delantera del green, a unos 20 metros de la bandera trasera, y embocó un putt de par de dos metros.
Fue su cuarta victoria en el PGA Tour con un cheque de ganador de 3,6 millones de dólares y un apretón de manos del anfitrión Jack Nicklaus. Las victorias anteriores del noruego fueron en México en dos ocasiones y en Puerto Rico.
Fue una derrota aplastante para McCarthy, uno de los putters más puros del PGA Tour. Demostró su toque salvando pares cruciales y jugando sin bogeys en un día en el que la puntuación media estuvo justo por debajo de los 75 golpes. Su único bogey llegó en el hoyo 18, dos veces.
Deny McCarthy tenía una ventaja de un golpe cuando falló la calle del 18 a la izquierda, falló por poco un putt de par de siete metros y medio para la victoria. En el desempate, su golpe desde el rough derecho salió rodando del green a unos 50 metros. Lanzó a 3 metros y el putt cogió el borde izquierdo y se fue fuera.
«Tengo el corazón roto en este momento», dijo McCarthy, con emoción en su voz después de su llamada más cercana a la victoria en el PGA Tour en su 156º intento.
Fue un último día en el que muchos fueron a la inversa de los 22 jugadores que habían estado separados por tres golpes al comienzo de la ronda.
Rory McIlroy embocó un chip desde debajo del cuarto green para birdie y se puso en cabeza en los primeros nueve hoyos, pero regaló demasiados golpes en la vuelta -tres bogeys seguidos- para un 75 que le dejó fuera de juego.
Scottie Scheffler cerró con un 67 y terminó tercero y se perdió el desempate por un golpe, notable teniendo en cuenta que hizo justo el corte. El jugador número 1 del mundo no ha terminado peor que duodécimo en sus 13 salidas este año. Pero qué semana para olvidar con el putter.
«Creo que mis problemas con el putt probablemente me han ayudado a mejorar mi golpe de bola, porque si estoy intentando competir aquí… con los putts que no entran, tengo que pegarle muy bien. Y he sido capaz de hacerlo», dijo Scheffler.
Viktor Hovland, que asciende al quinto puesto de la clasificación mundial, no tuvo la sensación de haber hecho nada especial. Ha tenido semanas mejores golpeando la bola. Su ronda más baja en toda la semana fue de 69 golpes. Pero fue el único jugador que rompió el par en las cuatro rondas.
«He jugado con inteligencia. Hice mi juego. Y esta vez he sido decisivo», dijo Hovland.
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Fotos: PGA Tour
