Champ, una joven promesa del golf estadounidense, parecía estar en medio de un completo desastre en el par cinco, último hoyo del recorrido del 3M Open en el TPC Twin Cities. Después de desgastar su hierro 2 desde el tee durante la mayor parte de los segundos nueve hoyos, Champ sacó el driver de la bolsa en el 18 -dijo que estaba siguiendo su plan de juego de la semana- y dio un golpe de salida tan a la izquierda que casi llegó a Dakota. Y ahí es donde comenzó la aventura más excelente de Cameron Champ.
Una secuencia que comenzó con un golpe desde el heno a la altura de las rodillas con su bola sentada a 10 centímetros de altura que no llegó a la calle, una recuperación desde el rough primario… y luego uno de los wedges más largos de su vida, un golpe altísimo desde 115 metros que aterrizó justo después del palo de la bandera en el angustioso hoyo final protegido por agua del TPC Twin Cities. Respiró profundo asegurando un par y el tercer triunfo de Champ en el PGA Tour.
Un 5 bajo, 66 golpes, sin bogeys el domingo dejó a Champ en 15 bajo par, con dos golpes de ventaja sobre los sudafricanos Louis Oosthuizen (66) y Charl Schwartzel (68) junto al venezolano Jhonnattan Vegas (68). Keith Mitchell (67) terminó en solitario en la quinta posición.
«Obviamente», dijo Champ, «lo hice un poco interesante».
Y así fue. Todo el día, y todo el torneo, fue interesante. En una tarde en la que los vientos soplaron a más de 30 km/h con el TPC Twin Cities manteniéndose firme frente a una tabla de clasificación repleta de grandes jugadores. Champ tomó el control de forma constante con tres birdies en sus nueve primeros hoyos (empató a Vegas en el liderato con un putt de tres metros en el par 3 del octavo), y simplemente no permitió que nadie le alcanzara.
La victoria representa una gran cantidad de terreno cubierto en poco tiempo para Champ, que pasó la primavera y el verano con un puñado de fines de semana libres tras su mal juego. Su golf le llevó a replantearse cómo priorizarlo en su vida. Hablaba consigo mismo mientras tiraba 77 en la segunda ronda del Rocket Mortgage hace tres semanas, y no le gustaba lo que veía en su forma de actuar. Fuera del campo de golf, Champ es relativamente relajado y sin estrés. En él, se estaba convirtiendo en un monstruo. Así que cambió. Aceptar que lo que hace por vocación es sólo una pequeña parte de lo que es, es algo que liberó a Champ para, bueno, volver a ser un campeón. Y lo hizo en poco tiempo.
«Sabes, todavía somos jóvenes», dijo Champ. «Acabo de cumplir 26 años. Obviamente, he hecho mucho y he tenido algo de éxito, pero al final del día todavía tengo que descubrirme a mí mismo y cómo voy a manejar ambos lados”.
Sergio García, tras una última ronda de 67 golpes ascendió hasta el puesto vigésimo quinto. Rafa Cabrera-Bello no pudo mantener su buen juego de las dos primeras jornadas y un 74 el domingo le llevó hasta el puesto cincuenta y ocho.
