En el RBC Heritage de Harbour Town, sacó todo el provecho del campo, firmando dos vueltas de 63 golpes el jueves y viernes, aguantando los ataques el fin de semana. Su última ronda de 70, en un día en el que nadie se acercó a menos de tres golpes, le llevó a 19 bajo par y le dejó con cuatro de ventaja sobre los subcampeones Emiliano Grillo (68) y Harold Varner III (66).
¿Qué es lo que hace que destaque esta, su octava victoria?
«El hecho de que haya ocurrido a mi edad», dijo.
Pero también, añadió, los amigos y la familia que estuvieron allí para celebrarlo con él.
Cink, que es el segundo bicampeón del Tour esta temporada después de Bryson DeChambeau y pasa del puesto 26 al tercero en la clasificación de la FedExCup, celebró la victoria con su esposa Lisa y sus hijos, Connor y Reagan (caddie de Cink), además del prometido de Connor y varios amigos.
«Todo lo que hay entre los golpes», dijo Reagan, cuando se le preguntó qué recordaría de la victoria, la segunda con su padre esta temporada. «Caminando por las calles, pasando el rato. Hablamos y planificamos los golpes y tenemos un buen sistema, pero el tiempo que pasamos bromeando por las calles es increíble. Es lo mejor. Realmente lo es».
¿Qué le pasa a Stewart Cink? Habla de la importancia de su equipo, y atribuye su temporada de regreso en parte a su nuevo entrenador Cornel Driessen. Con la ayuda de Driessen, el veterano profesional -Cink ganó el Travelers Championship de 1997 el año en que nació Collin Morikawa– ha ganado distancia a pesar de estar a las puertas de poder jugar PGA Tour Champions.
Cink estaba en el puesto 144 de la FedExCup y en el 300 del mundo después de fallar el corte en el Wyndham Championship para terminar la temporada pasada. Hizo algunos cambios en el equipo, se volvió más eficiente y con Driessen ganó mucha fuerza y movilidad y comenzó a adoptar un estilo de juego totalmente nuevo.
«Fui capaz de cambiar realmente mi juego y convertirlo en un juego un poco más potente», dijo.