Tras un par de cortes fallidos, Koepka ganó el Phoenix Open para poner fin a una sequía de 18 meses. Ahora está comenzando a dar sus primeros pasos en los grandes torneos.
Koepka dejó un hierro 9 a poco más de un metro para birdie en el hoyo 15, casi embocó su wedge en el siguiente hoyo. Luego hizo birdie en el par 5 del 17 con un espléndido golpe desde búnker a través de las crestas y bajando la pendiente para dejarla dada.
Cerró con un bogey en una posición de bandera muy engañosa cerca del agua en el hoyo de cierre en The Concession. Koepka, que terminó con 11 bajo, tiene una ventaja de un golpe sobre Cameron Smith, Billy Horschel y el campeón del PGA Champiosnhip Collin Morikawa, que recuperó terreno rápidamente con seis birdies en sus últimos 10 hoyos.
«Normalmente nunca encuentro mi juego hasta el The Players. Ahí es cuando empiezo a sentir que me estoy recuperando», dijo Koepka. «Pero el hecho de que esté aquí un poco antes es agradable».
Koepka pasó la mayor parte de la pretemporada con el entrenador Derek Stone en San Diego, no ha pasado más de unos 25 días en su casa en el sur de Florida desde agosto. Se trataba de recuperar su rodilla izquierda, y su juego parece tan bueno como su salud.
Una docena de jugadores estaban separados por cinco golpes al entrar en el fin de semana de este Campeonato Mundial de Golf, que se trasladó de Ciudad de México este año debido a las circunstancias de la COVID-19 y está proporcionando un torneo muy diferente.
Los jugadores han pasado de la altitud de Mexico a la llanura de Florida, con calles bordeadas de obstáculos de agua, arbustos de palmas y greens con pendientes y contornos salvajes.
Incluso con una participación de 71 jugadores, la diferencia entre el primero y el último es de 22 golpes.
Morikawa igualó la puntuación más baja del torneo con un 64. El otro 64 pertenecía al campeón del Abierto de Estados Unidos, Bryson DeChambeau, que mejoró en 13 golpes su ronda inicial.
«Es la historia del golf. Puedes tener los dos extremos del palo», dijo DeChambeau. «Ayer no jugué mal, simplemente no me salió nada, especialmente en los últimos nueve hoyos. Cometí algunos errores y eso es lo que pasó. Hice algunos buenos putts y buenos golpes hoy simplemente la suerte me acompañó hoy».
El defensor del título, Patrick Reed, logró tres birdies consecutivos al comienzo de los nueve primeros hoyos, el último de los cuales fue después de haber golpeado con una madera 3 en la calle hacia un búnker, la salida de 142 yardas acabó a poco más de un metro del hoyo.
El día más extraño fue el de Viktor Hovland, que estaba 7 bajo en su ronda y jugando impecablemente hasta que su hoyo final lo arruinó. Desde el búnker de la calle en el hoyo 9, par 4, la bola de Hovland acabó debajo de un arbusto. Su chip corrió través del green terminando en el búnker, dejando un golpe difícil que no ejecutó con la precisión debida. Corriendo de nuevo a través del Green, la bola, terminó en una posición similar en otro arbusto del que salió dropando con penalidad. No llegó al green. El siguiente chip dejó su bola a tres metros y embocó para un cuádruple-bogey
«Es principalmente el segundo golpe en el búnker lo que es un poco amargo», dijo Hovland. «Eso me costó cuatro golpes justo ahí, sólo ese segundo tiro. Hoy pegué muchos tiros buenos e hice muchos putts, así que es desafortunado que un tiro terrible llegue en ese momento.»
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Fotos: PGA Tour
