Ha decir verdad, Henley, contó con la ayuda de sus adversarios para capitalizar su vuelta. Xander Schauffele, que partía con una ventaja de tres golpes al inicio de la jornada, tuvo un par de bogeys de última hora y no pudo aprovechar los pares cinco de su vuelta, un 74 es la consecuencia lógica de su juego. Tyrrell Hatton no hizo un birdie hasta el último hoyo entregó una ronda de 73 golpes. De los 25 mejores jugadores, fueron los únicos que jugaron por encima del par.
El putter de Henley ha sido el palo que mejor le ha funcionado de la bolsa. Entendiendo a la perfección los firmes y cristalinos greens de Shadow Creek. Lidera la estadística del torneo en la categoría de putting más importante, y lo ha llevado a la segunda ventaja tras 54 hoyos de su carrera en el PGA Tour.
«Cualquiera puede venir a por mí», dijo Henley. «Puedes hacer un resultado muy bajo. Los greens son geniales y se pueden conseguir, pero hay que jugar bien para hacerlo. Tienes que hacerlo todo bien. Tengo que mantener la cabeza baja y jugar una buena ronda para mí.»
La última victoria de Henley fue en 2017 en el Houston Open, donde recuperó cuatro golpes en la ronda final. Ahora tiene un colchón en Shadow Creek, y un putter que le está funcionado en unos greenes que le encantan.
Jon Rahm mejoró sus prestaciones respecto al viernes sus 69 golpes le permiten ascender un puesto hasta el décimo cuarto. Sergio García, por su parte, cae hasta la trigésimo tercera tras una vuelta de par.