Esas almas valientes que se atrevieron a jugar durante la tercera ronda del Memorial Tournament rápidamente se encontraron con greens moribundos, calles duras como pistas de bolos e índices de calor superando los treinta grados que hacían sudar, sudar.
«Los greens se están poniendo morados», dijo Kevin Na, resumiendo la macabra escena.
En resumen, un día encantador para jugar al golf. Al menos el anfitrión del torneo, Jack Nicklaus, así lo pensó, al igual que el líder del Memorial, Jon Rahm, cuyos 68 golpes, cuatro bajo par, le colocó en lo más alto de la tabla clasificatoria cuatro golpes por delante de Ryan Palmer y Tony Finau.
Rahm, número 2 del mundo, puede pasar a Rory McIlroy para y ocupar el primer lugar. Sería el primer español, tras Seve Ballesteros, en conseguirlo si gana el domingo y si McIlroy (actualmente empatado en el 12º) se coloca peor que un empate en el segundo.
«Jugué muy bien, para menos cuatro, en esas condiciones», dijo Rahm, con seis hoyos por jugar antes de hacer cuatro birdies consecutivos en los hoyos 13 a 16 para tomar el control. «Hoy podría ser una de las mejores rondas de golf que he jugado en mi vida.»
¿Puede Muirfield Village jugar más difícil el domingo? Sí, si los vientos previstos de más de 25 Km/h llegan en el momento oportuno, las condiciones se deteriorarán hasta el punto de hacer imposible controlar el juego.
En un día en el que no hubo rondas libres de boggies, Rahm mantuvo la calma, siempre un desafío para el de Barrika, que lo vio como otro paso en su proceso de crecimiento.
