El bueno de Dustin Johnson ha soplado las 36 velas de su tarta de forma prematura. ¿Para qué esperar a tu día cuando puedes hacerlo 24 horas antes y levantando un trofeo? Dicho y hecho, el Travelers Championship ha sido, seguramente, el primer regalo que ha recibido.
Este título supone el número 21 desde 2008, empatando con Tiger Woods en lo alto de esta escalera en la que están, por ejemplo, Rory McIlroy (18), Phil Mickelson y Justin Thomas (12) o Jordan Spieth con 11.
Y a casa se lo llevó tras una exhibición el sábado (61 golpes) y a un gran aguante el domingo, cuando Kevin Streelman le apretó desde la tercera plaza al comienzo del día para quedarse finalmente a solo un impacto (-18), o cuando Will Gordon fue quizá el que más cerca tuvo al menos forzar el desempate con una ronda de 64 golpes para un acumulado de -17.
DJ se anotó un buen arranque en la parte final de los primeros nueve hoyos, con cuatro birdies (4, 5, 8 y 9) y un bogey en el 7, mientras que en la segunda estuvo algo más errático (birdies en el 10 y 14 y bogeys en el 13 y 16), quizá confiado plenamente en que nadie por delante era capaz de superarle y también fallón tras el parón que hubo que realizar por una tomrneta eléctrica. Eso le sacó algo de punto y de ritmo, y nada más volver, bola al búnker, sacada corta y bogey.
Y es que fue eso precisamente lo que ocurrió, que nadie terminó de inquietarle le suficiente, mucho menos aún los grandes nombres de la clasificación, todos bastante lejos: Bryson DeChambeau (T6), Rory McIlroy (T11), Phil Mickelson (T24), Jason Day y Louis Oosthuizen (T46), Jordan Spieth (T54)…
Pasamos al bando español, donde el mejor volvió a ser Sergio García, aunque todos estuvieron bastante descoloridos y no terminaron de encontrar el viento que les soplara a favor. El de Borriol presentó 66 golpes al final del día (seis birdies y dos bogeys) para concluir en el puesto 32 empatado y a diez golpes del líder.
Jon Rahm y Rafa Cabrera Bello le siguieron a un golpe, con vueltas de 71 y 64, respectivamente (la mejor del torneo para Rafa), pero sin terminar de enchufarse. Preocupa sobre todo el caso de Rahm, a quien la cuarentena parece que le ha cortocircuitado esa chispa de los fines de semana, ese arreón final que siempre tenía, esa marcha extra.
Toca volver a ponerse las pilas y a seguir consiguiendo buenos resultados. El número 1 está cerca y aunque su objetivo sea jugar bien y ganar torneos, no auparse a lo más alto, para lograrlo tiene que mejorar todavía y volver a sus números habituales. Le falta comodidad en el campo.
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Fotos: PGA Tour
