Lo que se presagiaba como un mano a mano entre el líder al principio del día, Rory McIlroy, y el principal opositor a su título, Brooks Koepka, terminó siendo un solo de guitarra del norteamericano. Koepka tocó su melodía y nadie pudo seguirle el ritmo.
Con una tarjeta de 65 golpes (cinco birdies) puso ya tierra de por medio en los nueve primeros, donde acumuló tres birdies, al tiempo que McIlroy caía acumulando un par tras otro, sin descanso, y fallando con una de sus armas más certeras: el putter. En los nueve segundos, BK sumó otros dos birdies y el norirlandés terminó de descabalgarse de la pelea con dos bogeys y un único birdie. Por el contrario, otro yankee surgía del fondo, Webb Simpson, con 64 impactos (Eeagle, cinco birdies y bogey).
Koepka se puso su traje de luces, el esmoquin, el frac, o el que ustedes quieran, pero salió como la estrella que es, demostrando por qué es el nº1, su gran pegada, la enorme motivación que tiene.
Más abajo, en tercer lugar, concluyó Marc Leishman, a cuatro del ganador, seguido en el cuarto lugar por Tommy Fleetwood (66), Matthew Fitzpatrick (69) y el citado McIlroy.
Jon Rahm concluyó en séptima posición en solitario con una vuelta de 69 golpes (-10 con tres birdies y dos bogeys). Nunca terminó de estar cómodo sobre el campo a pesar de jugar a un excelente nivel, pero le faltó algo más de peso en la pegada final, cuando se jugaba el llegar o no a los puestos altos, sutileza en los greenes.
Rafa Cabrera Bello quedaba algo más abajo, en el puesto 12, empatado, con nombres como Justin Thomas o Jordan Spieth, todos con -6. El canario se sacaba de la manga su vuelta más baja (66 golpes) al tiempo que Sergio García únicamente lograba subir un puesto gracias al 69 que se macaba, terminando así en el puesto 40, con -1 de acumulado.
Consulta aquí la clasificación
Fotos: WGC FedEx St. Jude Invitational