Este 3M Open de Minnesota se convertía en la rebelión de la nueva generación, algunos de ellos novatos, otros no tanto pero con pocos años en su DNI. Todos, eso sí, con mucha hambre, aunque finalmente solo quedó uno, Matthew Wolff.
Cifra de 65 golpes para él con tan solo 20 añitos, imponiéndose a Bryson DeChambeau (25) y a Collin Morikawa (22). Nueva hornada de golfistas sin experiencia en la alta competición y en la pelea por los títulos, a excepción hecha de DeChambeau, lógicamente, quien sí sabe lo que es probar las mieles más dulces de la victoria.
Estos dos últimos apretaron sobremanera a Wolff, especialmente Bryson, con un estratosférico golpe en el 18 que le dejaba opción de eagle y el puño bien apretado. Olía sangre y lo intentó, consiguiendo finalmente el objetivo, pero quedándose en la orilla, pues Wolff le igualó la gesta, golpe por golpe, libra por libra, sin venirse abajo, demostrando una veteranía impropia de su edad.
Como decimos, no se vino abajo cuando el »científico del golf» se puso uno por delante con un tirazo en el green del 18, y le replicó, dándole la vuelta a la situación a pesar de que lo lógico hubiese sido que cedieran o que, al menos, pelearan por el desempate, pero estuvieron atrevidos y se llevaron premio por ello. El peor parado fue Morikawa, quien llegaba tras anotarse birdies en el 11, 12, 13, 15 y 16, pero en el 18 no logró forzar el eagle y se anotó otro birdie más. Exhibición con tan solo tres torneos como profesional.
Más atrás de estos tres gladiadores quedaron otros jugadores como Hideki Matsuyama (T7), Tony Finau y Joaquin Niemann (T23), Ryan Armour (T42), Keegan Bradley (T46), Brooks Koepka (P65 con -6 de acumulado) o Jason Day (T66).
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Fotos: PGA Tour