Chez Reavie ha sido siempre un jugador de esos que o pasan desapercibidos y acumulan una mala racha de resultados o de repente da la sorpresa y surge donde menos te lo esperas y esta vez es lo que ha ocurrido.
Se celebraba en Cromwell el Travelers Championship y Reavie llegaba quizá sin excesivas pretensiones, pero poco a poco se lo fue creyendo. Su primer aviso llegó el sábado con un zarpazo de 63 golpes tras una secuencia magnífica entre el 10 y el 18 (siete birdies) y el domingo supo aguantar las acometidas de sus compatriotas con carácter y tranquilidad, sin ponerse nervioso a pesar de que le apretaron, pero tenía margen de sobra y al final dejó su diferencia en cuatro impactos.
Ronda de 69 para él con dos birdies y bogey por los 67 de Keegan Bradley y Zack Sucher y los 65 de Vaughn Taylor y el británico Paul Casey, una de las grandes amenazas. Pero nada ni nadie pudo bajar a Reavie de lo más alto, cosechando así un título tras muchos años, 11 en concreto, de sequía. Ya le tocaba.
El caso es que estuvo a punto de mandarlo todo al traste y quedarse más tiempo aún en barbecho, pero la suerte le sonrió. Llegó al 17 con solo uno de ventaja sobre Bradley, con su aliento en la nuca, pero supo rehacerse y devolver el golpe. Birdie para él y los nervios que pasaron a las manos de su compatriota, quien salvó como pudo una mala elección de salida y se tuvo que conformar con el doble bogey, perdiendo toda opción.
Más abajo de los norteamericanos quedaron jugadores como Joaquin Niemann (66 y T5), Jason Day (69) y Bryson DeChambeu (68 y T8 ambos), Tommy Fleetwood (69 y T13), Louis Oosthuizen (68) y Justin Thomas (70 y T36 ambos) o Brooks Koepka y Francesco Molinari, quienes empataron con el acumulado de PAR en el puesto 57.
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Fotos: PGA Tour