El putter ha vuelto a ser el arma más consistente e infalible de Phil Mickelson para seguir asegurándose el liderato y para mantener a raya a los opositores. Como en sus mejores tiempos, en los greenes está logrando aciertos desde casi cualquier distancia, si bien con los hierros también se mantiene fino en la estadística.
Todo ello hace que Mickelson se haya colocado con 66 golpes en este tercer día de competición (-22 de acumulado) gracias a seis birdies en una jornada sin fallos. No le temblaba el pulso al veterano en los momentos difíciles y en alguna otra recuperación que solventó con par y lejos de venirse abajo, tiró de experiencia para mantenerse en la pelea y llegar a la Casa Club más que satisfecho.
No obstante, por detrás le han seguido apretando. Primero Adam Hadwin, quien le ha recortado un golpe gracias al 65 con el que ha terminado, y luego Adam Long, autor de 63 impactos (el mejor del día) en La Quinta (dos eagles, seis birdies y un bogey) para ponerle un poquito de picante al final. Será Phil contra los Adam.
A Jon Rahm le encontramos en el séptimo puesto, tras ceder dos merced al 68 que entregaba. Al vasco, que mantienen una buena regularidad, no le han ido a pesar de ello las cosas como en los dos días anteriores, siendo esta su tarjeta más alta.
Estuvo algo frío en los nueve primeros, con bogey en el 5 y birdies en el 6 y 7; una vez entrado en calor, sí empezó a fabricar buenos tiros y registros positivos en la estadística como suele, con birdies en el 11, 13, 14 y 16 y un único bogey, en el 15.
Veremos si para esta ronda final vuelve a sacar a relucir su mejor versión y se mete entre los cinco primeros o más arriba. Tiene complicado repetir el título del pasado año pero nada es imposible para Rahmbo.
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Fotos: PGA Tour