Del inicio al término de la jornada en Florida, hubo una hecatombe entre los jugadores a la que solo sobrevivieron 20. 20 elegidos que fueron capaces de rebajar el par de Palm Beach, recorrido técnico y donde nadie se puede permitir un fallo, y muchos lo tuvieron, favoritos incluidos.
Los dos que más se salvaron de la quema fueron Webb Simpson y Alex Noren, ambos con 66 de acumulado y con solo un bogey por cabeza en los 18 hoyos, el resto, acierto.
Tras ellos, los máximos peligros que han podido asomar la cabeza han sido Justin Thomas con 67 (incidente incluido con un árbol, del que tuvo que arrancar parte, para recuperar una bola) y Daniel Berger, recuperado aparentemente de sus últimas malas actuaciones.
Con 69 golpes está Thomas Pieters, en el puesto 12 y con 70 aparecen Graeme McDowell, Rafa Cabrera Bello, Tommy Fleetwood y Tiger Woods. El canario entregaba dos birdies y dos bogeys tras un día en el que, visto lo visto, su vuelta sabía muy bien; pudo guardar los muebles y salvar lo máximo posible en la quema del PGA National y, más en concreto, de la denominada ‘Trampa del Oso’ (hoyos 15, 16 y 17), demoledora durante todo el día.
El viento (otro de los problemas del día) tampoco pareció afectar en exceso a Woods, uien en la delicada situación del campo ha sabido agarrarse a él y dominarlo en muchos momentos. Su mente no se fue del campo ni cuando salía mal con el driver ni cuando, en el 3, cometía un doble bogey; siguió a lo suyo y se encomendó a una fortaleza que hacía mucho no se le veía, y esa fue la clave que le hizo aguantar.
Más al fondo hay que bucear para encontrar a Kiradech Aphibarnrat y Rickie Fowler (71), Sergio García y Rory McIlroy (72), Ian Poulter (74) o Bernd Wiesberger (75).
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Fotos: PGA Tour