Eagle, seis birdies (cuatro de ellos en la primera mitad de recorrido) y dos bogeys, bagaje incontestable para la clase norirlandesa de Rory McIlroy, quien ha dicho «aquí estoy y quien quiera atacar mi posición, le estaré esperando».
Tras su descanso y parón obligados por el problema que tuvo en su costilla y que la tenido fuera de competición un tiempo prolongado le ha servido para redefinir su juego (ya de por sí milimétrico) y volver con más fuerza para, casualidades de la vida, poder incluso volver a hacerse con el número uno escaso tiempo después de que lo adquiriera Dustin Johnson, aunque el norteamericano no lo pondrá fácil.
Eso sí, quien anda detrás suyo no ha dicho su última palabra y es que tiene un trío de candidatos compuesto por Phil Mickelson, Justin Thomas y Ross Fisher, los tres a dos golpes suyo, seguidos del ascenso de Andy Sullivan, también con 65 en el día.
El citado Dustin Johnson ofrecía 66 golpes para ponerse a tres golpes y contestar en parte el insultante dominio del europeo sobre los hoyos de México, mientras que Jordan Spieth, a pesar de haber tenido golpes magistrales como el eagle del hoyo 15, no pudo dar continuidad en su juego y sus cuatro birdies se vieron sin efecto ante dos bogeys, un doble bogey y un triple bogey, este en el hoyo 1.
Y de los españoles, decir que los dos principales, Jon Rahm y Sergio García no han conseguido mejorar sus números y han caído algo en la tabla, aunque mantienen todos los frentes abiertos. El vasco está en el puesto ocho compartido con una vuelta de 70 golpes (tres birdies y dos bogeys), mientras que el de Borriol ha caido 12 puestos (T19) con una ronda de 71 impactos.
Más abajo están Rafa Cabrera Bello, quien ha recuperado terreno con 69 golpes (T32 y -1) y Pablo Larrazábal, repitiendo vuelta de 73 para caer nueve posiciones (+4).
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Fotos: PGA Tour