En el camino ha quedado además de la complicada operación, una inoportuna lesión de codo que retrasó su regreso y una fractura de tobillo. Demasiadas complicaciones para complicaciones para un jugador profesional al que se auguraba una brillante carrera en el mundo profesional.
Sin embargo ayer sabía que un bogey en el hoyo 18 sería suficiente para ganar el torneo y de paso asegurar su presencia en The Players. Jugó el difícil para 4 con inteligencia, dejó la bola en el green de tres golpes y dos putts le dieron la ventaja de un golpe sobre Jim Furyk, que había termina su participación con anterioridad, y la victoria en el Wells Fargo Championship.
“Simplemente disfrute el momento” dijo Holmes. “No se consigue muy a menudo levantarse y dar gracias a Dios por tener otra oportunidad de hacerlo. Podía conseguirlo o no, simplemente quise disfrutar de estar allí.”
No hay muchos jugadores en el PGA Tour que guarden un trozo de su craneo en la taquilla.