Matt Kuchar no pudo reprimir un bostezo cuando salió de la recogida de tarjetas. Zach Johnson no podía recordar en que lado del Océano Atlántico estaba, excepto por el cálido sol en Sea Island.
Dos días después de regresar de una semana de lluvias y tension en la Ryder Cup, la ronda de apertura del McGladrey Classic fue un borrón.
«Creo que estaba demasiado relajado para estar nervioso», dijo Kuchar.
Eso no fue el caso de John Rollins.
Motivado por una charla de su esposa y un colapso que lo dejó fuera de los playoffs de la FedEx Cup, Rollins mantuvo libre bogeys su tarjeta y se abrió con un ronda de 63 golpes, siete bajo par, su mejor vuelta del año aupandose al liderato con un golpe de ventaja sobre David Toms y el novato Troy Merritt.
Rollins hizo birdie en cuatro hoyos finales de su recorrido, comenzando en el estrecho hoyo 14, y terminando con un hierro 6 en el 17 par 3 dejando la bola a un metro de la bandera.
Casi la mitad de los jugadores bajaron del par del campo, en el magnífico clima de la costa de Georgia, un comienzo perfecto para un torneo hace su debut en las Fall Series.
Kuchar y Johnson normalmente no juegan la semana después de la Ryder Cup, excepto si viven en Sea Island. Kuchar se acaba de mudar a este pedazo de tierra pintoresco conocido como las Islas de Oro, y durmió en su casa por primera vez la noche del miércoles.