Desde los primeros compases de la vuelta el recorrido malagueño sirvió de escenario para un espectacular mano a mano entre Nuria Iturrioz y la danesa Pedersen, con un puñado de jugadoras (entre las que destacaron las españolas Luna Sobrón, Ana Peláez y Azahara Muñoz, y la marroquí Maha Haddioui) recuperando terreno y aguardando su oportunidad. Iturrioz brillaba con un despliegue de juego eléctrico recompensado con varios birdies tempraneros, mientras que Pedersen no cometía errores y aprovechaba alguna de sus opciones. Su habitual fiabilidad, refrendada por las victorias recientes que logró en los torneos del LET disputados en Arabia Saudí, volvió a salir a relucir en el inmaculado campo sur de Guadalmina, y la danesa adornó su actuación con un gran eagle en el hoyo 18 que la aupó a la primera plaza en el último instante, con un golpe de margen sobre una Iturrioz que reconoció haber corrido algún riesgo de más a lo largo de la vuelta.
“He tomado un par de decisiones muy malas, pero la verdad es que estoy jugando bien, me encuentro bien, estoy pateando bien. Es verdad que los greenes estaban mejor y no los he sabido leer bien. Esperemos que mañana podamos disfrutar de una gran vuelta con Emily y que gane la mejor”, resumía Iturrioz, que jugará su cuarta vuelta consecutiva con Pedersen, su principal rival, a quien dedicaba comentarios elogiosos. “Está en un momento muy dulce, y le pega muy sólido a la bola. Falla muy poco y cuando tiene que meter el último putt, lo mete. Aun así, a veces me gusta más ir por detrás, así que mañana va a ser divertido”.
Por detrás, Luna Sobrón se sobreponía a algún tropiezo en la segunda mitad del recorrido y acababa arañando otro golpe al par del campo, mientras que Azahara Muñoz y Ana Peláez rozaban la heroicidad de meterse en la pelea por el título y escalaban hasta la séptima plaza compartida con dos vueltas. Las malagueñas deslumbraron con su capacidad en un recorrido largo y peliagudo y estuvieron a punto de cerrar dos vueltas antológicas.
“La verdad que he jugado increíble. Es el día que mejor he jugado de largo, le he pegado muy bien a la bola, he tirado muy buenos putts, así que me quedo hasta con sabor agridulce porque es un día en el que podía haber hecho muy pocas. Pero quiero quedarme con lo positivo, a veces hay que meter los putts y no siempre entran. A ver si mañana tengo otro día como hoy porque puedo hacer muy pocas”, recapitulaba la doble campeona del Open de España, que no obstante veía lejanas las cifras que consiguió cuando alzó el trofeo en 2017 en este mismo campo. “Hace tres años se estaba jugando bastante más corto y era verano, pero bueno, hice ocho menos. El otro día lo estaba pensando, porque hice muy pocas en mis nueve segundos, así que a ver si mañana hay suerte”.
Cierra el póquer de españolas entre las diez mejores Ana Peláez, una amateur que ya sabe lo que es ganar ante profesionales (lo logró recientemente en la prueba del Santander Golf Tour celebrada en Madrid) y que no se arredra ante nadie. La malagueña tenía un adjetivo curioso para calificar su vuelta.
“¡Apoteósica! Me he sentido muy cómoda, jugando un juego muy bueno. En algún momento he sentido que podía luchar por el título. De hecho, estaba a solo cuatro golpes y me veía con tan buenas sensaciones que yo me decía, “que siga que siga, con calma, pero que siga”, recordaba la ganadora de la Copa Andalucía de este año, que no se cierra la puerta a un triunfo muy cerca de su casa. “Puede pasar de todo, yo no tiro la toalla. Tengo 18 hoyos por delante y ya. La que va primera me saca siete golpes y posibilidades tengo, y ganas también”.
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