Giulia Sergas había dominado el campo su merced hasta el hoyo 16, cuando el destino le tenía guardado una cruel sorpresa. En vez de encarar la última jornada con ocho golpes de ventaja, deberá afrontarla con cuatro.
Después de dieciséis hoyos, en el Abierto de Nueva Zelanda, Sergas llevaba una tarjeta inmaculada. Había colocado a sus rivales, incluida al campeona defensora Laura Davies, a ocho golpes. Sin embargo cometió un bogey en el hoyo 17 y doble bogey en el 18, par cinco.
Lo peor aún estaba por venir. Camino a la caseta de resultados, los oficiales del torneo le comunicaron la penalización de un golpe por juego lento. El último grupo ya había sido advertido de su lentitud desde el hoyo nueve.
“Estoy molesta por la decisión” dijo Sergas, después de tomarse su tiempo para controlar sus emociones. “Dijeron que era un poco lenta en el último hoyo, podría haber sido así, pero fue realmente molesto porque me considero una jugadora rápida y me penalizaron por un solo hoyo, que fue muy malo para mi”.
Tras Davies en tercera posición grupo de cuatro jugadoras encabezado por la también italiana Diana Luna, la noruega Cecilie Lundgreen , Linda Wessberg de Suecia y la “aussie” Kristie Smith . Todas ellas con un total de ocho bajo par, a cinco golpes de Sergas.
Belén Mozo es vigésimo segunda, tras una tercera ronda de 70 golpes. María Hernández por su parte es cuadragésimo novena, lastrada por una primera jornada desastrosa de 78 golpes.
