Acumulado de -23, ronda de 63 golpes y a peinarse para la foto final. Bravo por su demostración sobre el campo, por los cuatro días magníficos de golf que dejaba en Fairmont St. Andrews un Adrián Otaegui que no podía contener la alegría. Era lógico y se lo merecía de principio a fin.
Ni el viento, ni el frío de Escocia podían con el ciclón de San Sebasteián. Si soplaban con fuerza, él lo hacía más, echando un órdago al campo y a los rivales, que no podían cogerle ni el jueves, ni el viernes, ni el sábado y mucho menos el domingo, donde ofreció un menú degustación de Estrellas Michelín. Pocos golpes pero todos muy cuidados (10 birdies y un único bogey).
Al final, lograba sacar cuatro golpes de diferencia sobre Matt Wallace y seis sobre Aaron Rai, quien cerraba el podio. Empezaba el español con cuatro de desventaja sobre Wallace, pero en un abrir y cerrar de ojos le daba la vuelta al marcador y en el 7 ponía la directa con tres birdies seguidos (7, 8 y 9).
Así ha conquistado su tercera victoria en el European Tour (tras el Paul Lawrie Match Play en 2017 y el Belgian Knockout en 2018). Ahora querrá más y ojalá este buen estado de forma y de juego se mantenga el mayor tiempo posible.
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Fotos: European Tour