Por si había dudas del rendimiento de los sudafricanos en casa, dos de ellos, Louis Oosthuizen y sobre todo Branden Grace, se han encargado de disiparlas.
Si el primero de ellos partía como líder al inicio del día, dispuesto a revalidar el título cosechado el pasado año, el segundo se encargó de bajarle del sueño tras volar muy bajito en el Randpark GC. Y es que cuando Grace se puso el traje de obra, empezó a fabricar golpazo tras golpazo, olvidándose del inicial bogey en el 2 con un parcial de ocho birdies entre el 3 y el 14 y un eagle en el 4 (parcial de diez bajo par).
Una demostración excepcional de pegada a la que nadie consiguió llegar, nadie le pudo parar, haciendo que por fin levantara el título (que le otorgó, además, la clasificación para el Open Championship), uno de los que tenía marcado en su palmarés por conquistar, máxime por lo que representan tanto el título como él para el golf sudafricano.
Gracias a este triunfo cierra, además, el ciclo en lo que a torneos en su país se refiere, al haber conquistado el Joburg Open en 2012, el Alfred Dunhill Championship dos años después, el Nedbank Golf Challenge en 2017 y ahora el Open.
Decir, por otro lado, que entre los 11 primeros y empatados quedaron hasta ocho jugadores locales, de ahí que la hegemonía de los sudafricanos en su torneo siga siendo la nota más destacada, pudiéndose colar entre ellos únicamente tres ingleses (Marcus Armitage, tercero; Jack Senior, cuarto empatado y Andy Sullivan, sexto empatado).
Otros jugadores destacados del torneo fueron Thomas Detry (T28), Haydn Porteous (T45) y Grégory Bourdy (T51).
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Fotos: European Tour