Cinco golpes de ventaja han de ser, máxime teniendo en cuenta lo cómodo que se le ve sobre el campo, un colchón suficientemente amplio para Tyrrell Hatton. Este joven inglés volvía a entregar 65 impactos (siete birdies y de nuevo cero fallos) en una tarjeta muy limpia y solvente, esta vez en Kingsbarns, para comandar el Alfred Dunhill con absoluta autoridad.
Nadie se le acerca ni le aguanta el paso, por lo que será él mismo su propio rival en una jornada que habrá de ser un paseo si nada se tuerce.
El colíder del sábado, Tommy Fletwood, no aguantaba la marcha imperial, el paso a ritmo de legionario que marcaba su compatriota, y caía con estrépito merced a sus 76 golpes hasta l a18ª posición, empatado. Por contra, ascendía en la tabla el francés Gregory Bourdy, segundo gracias al 66 que entregaba (siete birdies y un bogey), mostrando, aunque desde lejos, los dientes.
La debacle, por otro lado, venía del bando nacional. Los nuestros, nueve jugadores, eran incapaces de superar el corte (proyectado en este torneo en el tercer día) y caían todos eliminados, algo que hay qur irse cerca de 40 años atrás para encontrar en los libros de historia. Y es que en otras ocasiones es lógico ver a dos, tres o incluso seis de los españoles fuera de un torneo, pero casi siempre alguno aguanta o son pocos los que ceden; sin embargo, en esta ocasión han sido los nueve los que no han podido con el triple desafío escocés.
Nacho Elvira (-2) era el que más opciones tenía y a mitad de recorrido estaba clasificado, pero su segunda parte de la vuelta fue para olvidar, con dos birdies y dos bogeys que le han terminado ofreciendo una ronda de 75 golpes. Jorge Campillo era el único que bajaba del par (71) y empataba con Álvaro Quirós (-1); Pep Anglés terminaba con el par, igual que Pablo Larrazábal y Alejandro Cañizares, Eduardo de la Riva concluía con +1, mientras que Adrián Otaegui se iba hasta el +6 y Carlos Pigem a +8.
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Fotos: European Tour