Segundo día del Open de Escocia y todo torneo de las Rolex Series que se precie viene con sorpresa ya que los premios son muy jugosos y eso hace que, propios y extraños afilen sus golpes, algo que está pasando en esta cita, donde lideran tres jugadores, dos de ellos apenas conocidos pero que llevan medio torneo a muy buen nivel: Padraig Harrington, Callum Shinkwin y Alexander Knappe.
Los tres están con -9 en su acumulado, a un golpe de Andrew Dodt e Ian Poulter, dos jugadores sólidos que también están sabiendo encontrar sus oportunidades en territorio escocés.
Los tres de arriba entregaban tarjetas de 68 (Shinkwin y Harrington) y 65 (Knappe), destacando especialmente el alemán, con eagle, siete birdies y dos bogeys.
Caía por contra, aunque muy ligeramente, Rickie Fowler, quien se iba a los 70 impactos para quedarse sexto, mientras que mejoraba el francés Alexander Levy con 66.
Entre lo más destacado, citar una nueva brecha en el juego y la moral de Rory McIlroy, otra vez fuera del corte, algo que no ocurría desde que en 2008 también encadenara varios torneos sin superarlo. Hecatombe del norirlandés que lo intentó mejorando sus registros (71), pero que no jugará el fin de semana, al igual que otros nombres importantes como Scott Hend (69), Jason Dufner (73), Martin Kaymer (70), Matthew Fitzpatrick (71), Thongchai Jaidee (72) o Darren Clarke, retirado en esta segunda ronda.
En cuanto a los nuestros, cara y cruz para ellos, con buenas actuaciones de Adrián Otaegui (66), colocado en el puesto 11, muy cerca d elos mejores y con excelentes sensaciones, Jorge Campillo (69 y T20), otro que viene recuperando positivamente, Rafa Cabrera Bello (72) dos golpes peor que el primer día pero manteniéndose en juego y Alejandro Cañizares (72 y T31).
La cruz fue para Álvaro Quirós, con 72 golpes y un acumulado de PAR, Nacho Elvira (74), Eduardo de la Riva (74) y Pablo Larrazábal (72), ambos con +4 en su acumulado, y Pep Anglés con 75.
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Fotos: European Tour
