Como si se dedicara a ganar casi cada fin de semana. Así se ha mostrado Tyrrell Hatton en los hoyos de St. Andrews, Carnoustie y Kingsbarns, con un temple, regularidad y aplomo absolutos.
Tras igualar el record del Old Course el sábado mostrando un total de 62 golpes, el domingo refrendaba sus buenas sensaciones con un 66 para terminar con un acumulado de -23 y cuatro golpes de ventaja sobre los segundos clasificados, Richard Sterne y Ross Fisher.
El inglés empezó la última vuelta con tres golpes de ventaja y confirmó su dominio del torneo con una racha de tres birdies del 3 al 5, demasiado acierto para que nadie pudiese siquiera toserle.
«Llevo soñando con este momento desde que me paseaba por Wentworth a los seis años. He estado muy nervioso todo el día. Después del birdie del 14 empecé a sentirme un poco más cómodo, pero no respiras hasta que no llegas a la meta. Lo mejor de esta semana ha sido el putt, me ha sacado de todos los apuros y ha sido la clave de la victoria Mi objetivo era meterme entre los 50 primeros del mundo; empecé la semana en el puesto 53, así que veremos si lo he conseguido y espero subir un poco más si termino bien el año».
Con -19 y buenas sensaciones terminan los citados Fisher y Sterne, a pesar de las distancias con el líder, ya que lo intentaron pero Hatton estaba intratable y no dio la menor oportunidad.
En cuanto a los españoles, el mejor fue Pablo Larrazábal, con una ronda final de 69 que le hizo finalizar en el puesto 25. Rafa Cabrera-Bello se fue hasta los 72 golpes para concluir en el puesto 31 con un golpe más; Alejandro Cañizares entregó 71 para empatar con -6 con Borja Virto, quien terminó con 74.