A los 16 años, Fisher, que actualmente tiene 26, se convirtió en el jugador más joven de la historia de la Copa Walker. En 2011 ganó el Open Checo, su primer título del Circuito Europeo, seguido de un bache de dos años sin un solo top diez.
Empezó a ver la luz al final del túnel en 2014, y 2015 podría ser el año de la recuperación. Empezó con un decimosegundo puesto la semana pasada en Abu Dabi y ahora lidera en Catar después de una gran primera vuelta con ocho birdies y un bogey.
«Estoy contento porque he controlado bien la bola y me he dado muchas oportunidades», dijo al terminar.
«Aquí hay mucho nivel, igual que la semana pasada. Solo puedo salir a darlo todo en cada golpe y esperar que el resultado sea bueno cuando los sume al final del día».
Le sigue a un golpe Rafa Cabrera-Bello, que lideró el torneo durante toda la mañana con un impecable 66(-6).
11 jugadores empatan en tercera posición con 67(-5): entre ellos Alejandro Cañizares y dos ganadores de grandes: Paul Lawrie y Ernie Els.
Els termina sonriente después de un buen día de putt, cosa rara en los últimos tiempos:
«Hoy no le he pegado tan bien a los hierros pero he metido la bola en el hoyo. Me he sentido menos tenso, un poco menos aterrado ante los putts cortos… creo que podré volver a jugar al golf».
El campeón sudafricano, conocido como “Big Easy” por su actitud tranquila y la fluidez de su swing, reconoce que su batalla por volver a pasar del belly al putt convencional amenaza con amargarle el carácter:
«Últimamente casi siempre termino la vuelta de mal humor. En realidad no soy asi, soy un tipo alegre y optimista, pero cuando la bola no entra me desespero… no se puede jugar al golf sin meter putts».
El defensor del título, Sergio García, termina la primera jornada moderadamente satisfecho con un 69(-3) en el puesto 22.
Álvaro Quirós y Eduardo de la Riva en el 35 con -2.
Pablo Larrazábal en el 55 con -1.
Jorge Campillo en el 72 con el par.
Jordi García Pinto, José María Olazábal y Adrián Otaegui en el 83 con +1.
