Sus compañeros del Fireballs GC, por supuesto, ya que el cuarteto hispanohablante capitaneado por Sergio García consiguió su primera victoria por equipos de la temporada. También su entrenador, que ha enseñado a Chacarra desde que tenía 5 años y que acaba de unirse a él en el camino. Su caddie. Su mejor amigo. Su primo. Y su madre, que era un manojo de nervios al principio, pero que no podía dejar de sonreír cuando su hijo se convirtió en el campeón más joven de LIV Golf.
«Mi madre me ha llevado al campo desde que era pequeño y ha intentado ayudarme a alcanzar mis sueños», dijo Chacarra, que se embolsó 4 millones de dólares por la victoria individual y otros 750.000 por su parte de la victoria por equipos en Stonehill. «Esta era una de las cosas que quería hacer, ganar con mi madre».
Fue toda una actuación la que vio de su hijo esta semana en Stonehill. El total de Chacarra en los 54 hoyos, de 19 bajo, es la puntuación más baja para ganar en la temporada inaugural de LIV Golf, y su victoria de 3 golpes sobre Patrick Reed empata el margen de victoria más amplio establecido en el evento anterior por Cameron Smith en Chicago.
«Ha jugado muy bien», dijo Reed. «Recorrer este lugar en 19 bajo es impresionante».
«Se lo merecía totalmente», añadió Richard Bland, uno de sus compañeros de juego los dos últimos días en el grupo final. «No creo que nadie le alcanzara hoy. Ha tenido todo bajo control durante los últimos nueve hoyos. Tiene un futuro brillante».
La victoria de los Fireballs pone fin a la racha de cuatro torneos ganados por 4 Aces GC y da al equipo de García la oportunidad de obtener una ventaja en el Campeonato por Equipos de Miami para cerrar la temporada. Los cabezas de serie se definirán tras el evento de la semana que viene en Jeddah, y los cuatro primeros equipos obtendrán una ronda de descanso.
«Es una semana increíble», dijo García. «… 4 Aces venía de cuatro victorias seguidas, así que sabíamos que no iba a ser fácil. Pero teníamos mucha fe en nosotros mismos. Hemos jugado muy, muy bien, y hemos estado bastante cerca un par de veces.
«Sentíamos que sólo teníamos que hacer un poco de clic aquí y allá, y eso iba a marcar la diferencia, y eso es lo que ocurrió esta semana».
Para Chacarra, que se unió a LIV Golf para el segundo evento en Portland después de optar por saltarse su última temporada en Oklahoma State, la ronda final en Stonehill fue un testimonio de su madurez, así como de su habilidad.
Entró el domingo con una ventaja de 5 golpes, pero rápidamente la vio reducida a un solo golpe después de sufrir sus dos primeros bogeys de la semana en los hoyos 4 y 5. Pero se recuperó con un birdie en el par 5 del sexto.
«Ese birdie en el 6 fue grande», dijo, «pero sabía que iba a ser difícil hoy. Iba a ser un día largo».
A partir de ahí, jugó sin bogeys el resto del camino. Pero tuvo que soportar otra gran prueba.
Después de hacer un birdie en el hoyo 14 para pasar a 18 bajo, y de dar un golpe de aproximación que terminó fuera del green en el 15, Chacarra y el resto de jugadores se vieron pronto obligados a abandonar el campo debido al mal tiempo. El retraso de 1 hora y 37 minutos le obligó a mantener una ventaja de 2 golpes sobre Reed.
Pero mantuvo la calma y la compostura. Una vez que se reanudó el juego, Chacarra realizó un magnífico chip para conseguir el par en el 15. Mientras tanto, Reed encontró el agua con su golpe de salida en el 16. Acabó perdiendo un golpe, dando a Chacarra una ventaja de 3 golpes con tres hoyos por jugar.
«Siento que la lluvia y el frío en el 15 me ayudaron mucho», dijo Chacarra. «Necesitaba algo de tiempo libre. Estaba algo nervioso, y estar con mi familia, mi entrenador y mi mejor amigo Gonzalo me ayudó a relajarme y a ver cómo es la vida y lo bonita que es mi vida ahora mismo.»
En cuanto al chip del 15, Chacarra lo calificó como «el mejor chip que he tenido en mi vida».
El domingo fue el mejor momento que ha tenido en su carrera como golfista. No sólo su primera victoria profesional, sino celebrarlo con García, su héroe y alguien a quien describe como un «segundo padre». Ciertamente, García estaba tan orgulloso como cualquier padre por la actuación de su joven protegido.
