Sepp Straka hizo la mayor parte de su trabajo antes de que el tiempo empezara a cambiar el viernes en el AT&T Pebble Beach Pro-Am, logrando otro 65 (-7) para una ventaja de tres golpes que dejó a Rory McIlroy, Scottie Scheffler y todos los demás persiguiéndole.
Straka, que viene de ganar hace dos semanas en el desierto de California, mostró un juego que funciona muy bien a nivel del mar en condiciones menos que ideales, sobre todo en la última hora.
Salieron las manoplas y los gorros. Bajó la temperatura, acompañada de un poco de lluvia.
Rory McIlroy pasó de luchar por el liderato a hacer cuatro bogeys en un tramo de seis hoyos antes de terminar su alocada vuelta en Pebble Beach con un putt para eagle y salvar un 70 que le dejaba a seis golpes.
Scottie Scheffler dio un paseo por la playa en el hoyo 18, convirtiendo un potencial bogey en un par cuando saltó por un par de salientes de roca hasta el suelo arenoso, consiguió poner su bola de nuevo en juego y golpeó con un hierro 6 al green. Hizo 70 golpes y se quedó a siete.
Andrew Novak consiguió su primera victoria en el PGA Tour, que viene acompañada de una placa en la pared del primer tee, no de un viaje al Masters. Novak formó equipo con el inversor multimillonario Philippe Laffont para ganar el pro-am.
El fin de semana en Pebble Beach es sólo para los 79 profesionales –Ludvig Åberg tuvo que retirarse por una enfermedad que le afectó la semana pasada en Torrey Pines- y para los jugadores más duros.
Se prevén ráfagas de viento cercanas a los 50 km/h, además de tramos de lluvia. Pebble Beach, ese feliz encuentro entre la tierra y el mar, es una bestia con mal tiempo.
«Pasé de cero a unos 30 kilómetros por hora bastante rápido», dijo Straka sobre sus últimos cuatro hoyos en Pebble Beach, en los que falló un putt de par de 1 metro en el hoyo 16, su único bogey de la ronda, y un hierro 4 de 10 metros para un birdie de dos putts en el último hoyo.
