Keegan Bradley pasó de ser el último hombre en el BMW Championship a un ganador el domingo, cerrando con un 72 para una victoria de un golpe que abrió todo tipo de posibilidades que nunca imaginó posibles hace una semana.
Bradley se alejó del propenso a cometer errores Adam Scott al principio de los últimos nueve hoyos y realizó un golpe decisivo en el par 5 del hoyo 17 que prácticamente selló la séptima victoria de su carrera en el PGA Tour, y la más improbable.
Hace una semana estaba mordiéndose las uñas, necesitando ayuda para terminar en el puesto 50 de la FedExCup y clasificarse para el segundo evento de postemporada. Y entonces se las arregló con el aire de altura, el viento y la presión del domingo para ganar en Castle Pines.
«Esto demuestra por qué tienes que esforzarte porque nunca sabes lo rápido que puede cambiar», dijo Bradley en el green del hoyo 18, donde estaba junto a su padre. Mark Bradley, profesional del club desde hace mucho tiempo, nunca había visto a su hijo de 38 años ganar en persona.
La victoria hizo que Bradley pasara del cincuenta al cuatro en la FedExCup, lo que le envía al TOUR Championship, donde empezará cuatro golpes por detrás de Scottie Scheffler en una carrera de 72 hoyos por el premio de 25 millones de dólares.
También hay otra copa en juego. Bradley, el primer capitán de la Ryder Cup que gana un evento del PGA Tour desde Davis Love III hace nueve años, se colocó en el puesto décimo de la clasificación de la Presidents Cup. Los seis primeros tras el BMW Championship se clasificaron automáticamente, y Jim Furyk tiene seis elecciones. Bradley seguramente estará en la conversación después de ganar por tercer año consecutivo.
Bradley escuchó muchos cánticos de «¡U-S-A! ¡U-S-A!» a medida que avanzaba por los últimos nueve hoyos en Castle Pines, el más ruidoso en el 18, cuando miles de espectadores pudieron rodear el green para dar el toque final a una gran semana.
Adam Scott, subcampeón del Scottish Open el mes pasado, estaba empatado en cabeza hasta que empezó los últimos nueve hoyos con tres bogeys, dos de ellos con un wedge en la mano desde la calle. Hizo birdies en los últimos pares 5, pero perdió una gran oportunidad al pasarse del green del hoyo 15 desde 101 yardas.
Cerró con un 72, que también le situó entre los 30 primeros clasificados para East Lake.
Sam Burns terminó el domingo con 65 golpes, incluido un bogey en el par 5 del 14, y compartió el segundo puesto con Scott y el sueco Ludvig Åberg, que dejó escapar otra buena oportunidad con demasiados errores el domingo.
Justin Thomas de alguna manera llegó a East Lake para el TOUR Championship, a pesar de que ya estaba en casa en Florida en el mismo lugar de morderse las uñas que Bradley hace una semana.
Thomas necesitó mucha ayuda para conseguir la trigésima plaza, y le llegó del ex campeón del The Open, Brian Harman y de Alex Noren. Harman necesitaba un par en el último hoyo para mantenerse entre los 30 primeros e hizo doble bogey.
Alex Noren, que nunca ha llegado a East Lake, estaba a punto de terminar entre los 30 primeros cuando embocó un putt de par de siete metros en el hoyo 13 e hizo birdie en el 14. Pero terminó con tres bogeys consecutivos, el más perjudicial en el par 5 del 17, el hoyo más fácil de Castle Pines. Hizo 75 golpes.
