Ganar se ha convertido en un hábito para Scottie Scheffler, pero su victoria del domingo en el Memorial Tournament no tuvo nada de típico.
Sólo hizo un birdie. Cerró con un 74 (+2), su ronda final más alta en dos años. Y la victoria no estuvo asegurada hasta que Scheffler tuvo el temple de pegar un golpe firme en un putt cuesta abajo desde metro y medio por encima de la bandera para que rompiera hacia el hoyo.
Fue directo al corazón para una victoria de un golpe sobre Collin Morikawa, y un apretón de manos con el anfitrión del torneo, Jack Nicklaus. Su intercambio lo dijo todo.
«Eres un superviviente», le dijo Nicklaus. «Gracias», dijo Scheffler. «Sí, hoy has hecho que este sitio sea brutal».
Scheffler aguantó más tensión de la deseada y consiguió la victoria que todo el mundo espera, su quinta de la temporada -en la primera semana en el mes de junio- mientras se dirige a otra dura prueba la semana que viene en el Abierto de Estados Unidos.
Muirfield Village fue tan exigente con sus greenes ultra firmes y sus ráfagas arremolinadas durante toda la tarde que sólo seis jugadores rompieron el par y la puntuación media fue una fracción por debajo de 75.
Scheffler, que partía con cuatro golpes de ventaja, nunca perdió el liderato. Nunca se sintió seguro, tampoco, no con Collin Morikawa y Adam Hadwin pisándole los talones toda la tarde, y en unos últimos nueve hoyos en los que hacer el par parecía un trabajo duro. Par es lo que necesitó en el hoyo 18.
«Este es un lugar difícil para terminar», dijo Scheffler. «Hoy no lo he hecho muy bien, pero he hecho lo suficiente».
