Wyndham Clark, campeón del Abierto de EE.UU., tuvo una ronda inolvidable en el sagrado campo de golf de Pebble Beach, en la que todo le salió bien y casi todos los putts parecían entrar. El sábado batió el récord del campo con 12-bajo 60 golpes.
También podría ser suficiente para darle otro gran título y 3,6 millones de dólares sin pegar otro golpe en el AT&T Pebble Beach Pro-Am.
Clark estuvo a centímetros de lograr una ronda por debajo de 60 golpes en un campo frío y empapado, una actuación tan notable que fue nueve golpes mejor que la media del campo. De los 80 jugadores en el campo para este Signature Event, sólo seis golfistas tiraron por encima del par en la tercera ronda.
Su 60 fue tres golpes mejor que la segunda mejor ronda del día, que perteneció a Jason Day, quien abrió su ronda con cuatro birdies consecutivos antes de hacer bogey en el par-3 del quinto.
Wyndham Clark embocó cinco putts desde siete metros o más. Hizo bogey con quizás su mejor putt del día después de golpear un chip jugando a izquierdas.
Terminó un golpe por delante de Ludvig Åberg, que falló un largo putt para eagle en el hoyo 18, par 5, y logró 67 golpes.
Y ahora todo depende de la Madre Naturaleza.
Empezó a llover en los últimos hoyos, y se preveía que lo haría durante la noche en un campo ya saturado. Igual de preocupante era el feroz viento, con rachas que se preveían cercanas a los 100 km/h.
Gary Young, árbitro jefe del PGA TOUR, dijo que los responsables decidirían antes del amanecer del domingo si la ronda final tendría que retrasarse, y entonces si se podría jugar al golf. Se acortaría a 54 hoyos si determinaban que no podían terminar el lunes.
Si eso ocurriera, el primer Signature Event del PGA TOUR sería de 54 hoyos.
