El Open de Canadá levantó el telón de un nuevo paradigma en el golf profesional a nivel mundial. La guerra entre el LIV Golf y el PGA Tour llegaba a su fin con el que se presumía seria un acuerdo histórico por el bien del deporte del golf.
Algunos jugadores, conocedores del acuerdo por aquel entonces, se sentían cómodos, ya que su clasificación para la FedEx Cup les garantizaba el acceso a los grandes eventos de 2024. Otros estaban menos contentos, molestos por haber dejado pasar una oferta del LIV, o quizá incluso molestos en nombre de otra persona. Todo el mundo estaba molesto con Jay Monahan, al parecer. El comisario del PGA Tour no tenía respuestas a todas sus preguntas. Y entre las preguntas que circulaban esa tarde había una muy sencilla: ¿Qué pasa con la equidad de los jugadores? ¿Por qué no obtenemos más de lo que invertimos? Entonces se sugirió una idea embriagadora: ¿Y si quedar entre los 70 primeros en la FedEx Cup te diera una participación en los ingresos del Tour de la temporada siguiente?
En los cuatro meses transcurridos desde el Open de Canadá, no es de extrañar que el Tour haya recibido ofertas de varias empresas de inversión. En eso estamos ahora: el dinero del capital privado viene a por el juego profesional, dirigido a la extraña empresa con ánimo de lucro conocida como PGA Tour Enterprises. Jason Gore, director general de jugadores, envió un memorándum a los miembros del Tour la semana pasada, en el que describía el interés exterior en el Tour.
«Seguimos centrados en alcanzar un acuerdo definitivo con PIF y DP World Tour», dice la nota, «pero no es de extrañar que estas negociaciones hayan dado lugar a propuestas no solicitadas de otros inversores interesados. Toda esta actividad refuerza la sólida posición del Tour y nuestro potencial de crecimiento.»
Ese memorándum llegó justo en el mismo momento en que Ari Emanuel, Consejero Delegado de Endeavor, una agencia de medios de comunicación y entretenimiento, reveló que su empresa estaba entre los postores.
«Creo que hay como otros siete licitadores», dijo Emanuel durante una conferencia de prensa. «Hemos presentado una oferta para la PGA, una organización sin ánimo de lucro, que ha creado una oportunidad de inversión».
Esto llega mientras Yasir Al-Rumayyan, el gobernador del fondo saudí, sigue haciendo incursiones en el juego. Hace dos semanas, Al-Rumayyan jugó junto a Martin Slumbers y Peter Dawson, grandes figuras de la R&A, en el Dunhill Links Championship. También se produce cuando Molly Marcoux Samaan, comisionada de la LPGA, declaró que la liga que representa está a punto de cerrar un acuerdo con un «socio de planificación estratégica» para mejorar su producto con el fin de aumentar la inversión. También se produce cuando grupos como Fenway Sports o AMB Sports and Entertainment, han comprado TMRW Sports, la nueva empresa de Tiger Woods y Rory McIlroy que cuenta con un pequeño ejército de inversores de primera fila.
Los movimientos de fondos de inversión que están revolucionando el deporte profesional, sobre todo el fútbol con los llamados equipos estado del PSG, Manchester City, Newcastle o el Valencia, como claro ejemplo en España, desembarcará en el lucrativo mundo del golf y parece que los saudíes tendrán competencia.