Algunos se fueron, otros se quedaron.
El más notable, Dustin Johnson. El ganador de dos majors optó por abandonar el PGA Tour, una organización en la que Johnson ganó más de 70 millones de dólares, se consagró como uno de los mejores jugadores del mundo y cultivó un currículum digno de un lugar en el Salón de la Fama del Golf Mundial.
Phil Mickelson y Patrick Reed también desertaron del circuito estadounidense, con la única diferencia de que eran personalidades polarizantes. A Johnson, a día de hoy, se le echa de menos en el vestuario.
Mickelson y Reed, son otra historia. La animadversión por los dos campeones del Masters perdura claramente en el Tour, especialmente con Rory McIlroy, el líder en la batalla contra LIV Golf.
En el último episodio de «Full Swing», la nueva serie documental de Netflix que debutó este miércoles, McIlroy hizo algunos comentarios que dieron a los espectadores una ventana a sus sentimientos hacia Mickelson y Reed.
En el campo de prácticas de East Lake antes de la segunda ronda del Tour Championship, el tres veces campeón de la FedEx Cup no parecía muy disgustado por el descenso de Reed en el Ranking Mundial Oficial de Golf.
«Cuando vi que Patrick Reed fue al evento del Asian Tour, me quedé como, ‘Oh Dios mío'», le dijo a McIlroy el locutor de Golf Channel.
«Y bajó puestos en la clasificación mundial. Precioso. Precioso», respondió McIlroy.
Estos sentimientos hacia su antiguo rival en la Ryder Cup no son nuevos.
En el Dubai Desert Classic en el DP World Tour en enero, un evento ganado por McIlroy con un putt para birdie en el hoyo 72, su interacción en el campo, o la falta de ella, se hizo viral.
McIlroy se negó a intercambiar cortesías, como haría cualquier ser humano normal si el hombre que intenta estrecharte la mano está representado por un abogado que te entregó una citación judicial en Nochebuena. Reed le lanzó entonces un tee de LIV Golf, su forma de hacer el gesto del dedo corazón sin levantar la mano.
Tras la victoria, McIlroy admitió que la victoria fue «probablemente más dulce de lo que debería ser», sin duda debido al hombre al que superó por un golpe.
En cuanto a Mickelson, McIlroy sólo necesitó tres palabras.
«Que te jodan, Phil. Espero que eso entre».
La disputa en curso entre el PGA Tour y LIV Golf ha llegado para quedarse. Muchos esperaban que las dos ligas pudieran coexistir algún día, pero eso parece estar muy lejos de ser una posibilidad.
Especialmente cuando el que ha sido número uno del mundo, hasta hace dos días, sigue sintiendo este nivel de traición.
