Ubicado en las antiguas minas de hierro de La Arboleda, los profesionales se deshacían en elogios sobre el estado del campo, sobre todo de los greenes “rápidos, movidos y duros Hacía tiempo que no jugaba unos greenes así”, fue el comentario general.
Carlos Roca, director de Meaztegi Golf, “los objetivos de este torneo es dar a conocer este gran diseño de Seve Ballesteros más allá del entorno local; que todos los proyectos y programas juniors e infantiles tengan un lugar donde mirar y acercarse al golf. Además, hemos vinculado este torneo profesional con muchas actividades lúdico deportivas que se van a organizar paralelamente el viernes y el sábado, como rincones gastronómicos, juegos y concursos de golf para acercar este deporte al público en general”.
Cuando Seve Ballesteros diseñó esta joya en este rincón de la serranía vizcaína, como gran defensor del golf de masas y visionario, concibió el recorrido como un campo público accesible a todos pero capaz de albergar un torneo de alto nivel, y que fuera sobre todo sostenible, de ahí que el campo sólo se riega con agua de lluvia, “y pese a la sequía, hemos aprovechado el agua embalsada para preservar los greenes y tees”, explica Iñigo Moral, profesional de Meaztegi.
Iñigo Moral, profesional desde 1987, jugador 5 años en el Challenge Tour, ganador en diversos torneos internacionales, lleva 12 años en el club, “y poca gente sabe que este es un campo público, que por 2 euros pueden entrenar y por 15 pueden jugar el campo de P&P”. Desde que la Diputación se ha involucrado en la gestión de Meaztegi el cambio ha sido radical, mejorando los greenes, búnkeres, calles, todo el general, sin perder el espíritu de Seve. “Hemos resaltado la S y la B de los búnkeres del 18, que son su firma. Seve nos dejó aquí un legado impresionante. Un campazo. Hay que venir a conocerlo”.
