Aún abrumado por la repercusión que ha tenido en los medios generalistas, Marc reconoce que está sobrepasado, »no estoy acostumbrado a esta situación, es muy fuerte, me viene grande y espero ser justo con los que me están llamando y solicitando información».
No entiende cómo ha podido llegar su historia a los medios. No llamó a nadie para no preocupar a su familia. Le llevaron al hospital, donde le curaron y le dieron algunos puntos de sutura y, a los juzgados a declarar. Tras ello llegó la locura. Los medios generalistas tratando de conocer su situación; a tanto ha llegado que explica, »Solamente hablé con mi madre. Mi padre y hermana, así como mis amigos, se han enterado por los medios».
Lo que más le duele a Marc es que esto les sucede cada día a él y a sus compañeros invidentes, llegando a los medios porque un VTC le arrastró unos metros. “Nos pasa cada día. Tenemos problemas en los transportes públicos, en los museos, en hospitales, por poner algunos ejemplos, en cualquier lugar. La diferencia es que esta vez me han arrastrado por la calzada diez metros. No tenemos, ni nos dan, facilidades para que nos acompañen nuestros perros guía».
Como anécdota cuenta la situación con Iberia, la línea aérea les obliga a rellenar un formulario, a ellos que son ciegos, para que les permitan subir al avión con sus perros. »Te imaginas a un ciego rellenando un formulario que no está preparado para invidentes, y en la mayoría de las ocasiones nos toca pagar dos asientos».
Dentro de lo que cabe reconoce que pudo ser peor: “Traté de agarrarme a la ventanilla porque me daba miedo que si me soltaba el coche me pasara por encima»; añade que las personas que estaban allí tuvieron una respuesta formidable ayudándole en todo momento. “Solo oía las voces que me tranquilizaron, llamaron a la policía y le quitaron las llaves al conductor», conductor sobre el que tampoco quiere cargar las tintas. »A saber cómo serán sus condiciones de trabajo y los problemas que tendrá que afrontar».
Las lesiones más serias las tiene en las manos algo que le preocupó. “Tengo el mundial en marzo y pensé que se había terminado. Solo pensaba a ver cómo están, qué tiempo de recuperación voy a necesitar. Gracias a Dios no es grave y espero llegar sin problemas”
Marc se despide con el cariño y la amabilidad que le caracteriza dejando una última reflexión: »Aguanto todo lo que venga, llamadas, entrevistas, lo que sea con tal de que sirva para algo y la sociedad tome conciencia para que esta situación no nos vuelva a pasar y lleguemos a una accesibilidad total», añade, agrumentando que la solución pasa por un poco educación que lleve a la sociedad a entender a las personas discapacitadas. »Yo no sé cómo tratar a las personas con alguna discapacidad distinta a la mía. Nadie me ha enseñado a tratarlas. Creo que es importante conocer a las personas con capacidades diferentes para saber tratarlas y comprender sus necesidades».
