No cabe duda que hay gente que nace dispuesta a todo en el mundo del deporte, que persigue un sueño y que se esfuerza en conseguirlo por muy difícil y largo que sea el camino. Jon Rahm es uno de ellos y desde la Real Federación Española de Golf dan buena prueba de ello.
Un jugador que ya en categorías inferiores dejó evidentes signos de que tenía algo especial, de que no se conformaba. Y es que, como cuentan en este artículo en el que repasan su trayectoria, ya en la Escuela Nacional Blume dejó muestras de su calidad.
30 años después de que bajase del podio Severiano Ballesteros, el golf español ha encontrado a su segundo Número Uno mundial, Jon Rahm. Ha sido en The Memorial Tournament, no un torneo cualquiera, y semanas después de la reactivación del PGA Tour tras el forzoso parón a causa del COVID-19 cuando el genial golfista vasco ha encontrado recompensa al trabajoso viaje emprendido años atrás.
Este domingo 19 de julio, Jon Rahm, a cuatro meses de cumplir los 26 años, no demoró más una situación que parece inevitable: la consecución del número uno del Ranking Mundial. Rory McIlroy, uno de los mejores golfistas de la última década, ha puesto todo de su parte para frenar durante meses lo inevitable. Pero no se pueden poner puertas al campo ni negar el paso a un torbellino como Rahm.
Porque Jon Rahm es eso mismo, un torbellino. Lo era desde que comenzó a dar bolas en Larrabea, lo siguió siendo a su llegada a Madrid para continuar con su formación en la Escuela Nacional Blume y no se detuvo al cambiar de país y de idioma para sumar a los ‘diablos’ de Arizona State. Siempre un ciclón.
Los chicos de su edad conocen a Jon desde hace más de una década, cuando su vena competitiva se dejaba ver por los torneos nacionales de la categoría. Esa ambición sin límites, unido a su talento, su capacidad para el aprendizaje y un carácter que le llegó a jugar alguna mala pasada, desembocó en victorias en los Campeonatos de España Cadete (2009), Sub 18 y Junior (2010 y 2012), y Absoluto (2014 y 2015). A todo este bagage hay que añadir su contribución decisiva a éxitos relevantes de los Equipos Nacionales en esa productiva etapa amateur.
Como profesional, el fenómeno Rahm ha sido avistado a los dos lados del charco. A las cuatro victorias ya consabidas en el PGA Tour han acompañado otras seis en el European Tour, curiosamente obtenidas en tres torneos ganados por partida doble: Open de España (2018 y 2019), Irish Open (2017 y 2019) y DP World Tour Championship (2017 y 2019).
Asimismo lució golf, intensidad y carisma -posiblemente, sus tres grandes señas de identidad- en la Ryder Cup 2018, en la que colaboró al triunfo europeo. Entonces ya confirmó algo que se verá de nuevo en 2021, que es un jugador hecho para esta competición única. Que Jon es un golfista Ryder se ve de lejos.
Y entre tantas victorias y reconocimientos -hay que insistir, con solo 25 años- el golfista vizcaíno ha dejado muestras de un carácter inquieto, solidario y comprometido con la sociedad y con época, como demostró meses atrás en plena pandemia. Son esas cosas que hacen de un jugador alguien diferente, más allá del Número Uno que hoy celebramos en España.
Un 2020 con un gran arranque y un parón inesperado
Rahm comenzó la temporada con el número uno entre ceja y ceja, por más que insistió en que no era una obsesión para él. Su espectacular arranque de curso estuvo trufado de puestos de Top 10, pero la victoria se le negó en las semanas pre confinamiento.
Su puesta en escena en 2020 fue la de una bestia que va con el cuchillo entre los dientes a por su presa. Ésta ha sido ese número uno del Ranking. Arrancó la temporada con un ilusionante Top 10 en el primer torneo del PGA Tour, el Sentry Tournament of Champions, prueba en la que se descolgó ligeramente de la lucha por el triunfo en la ronda final.
Luego llegó un segundo puesto en el Farmers Insurance Open, torneo que ya ganó en 2017 y en el que volvió a contemplar muy de cerca la victoria. Tanto es así que pinchó bola en la cuarta jornada como líder gracias a un sensacional 65 en la ronda anterior. Sus opciones de título, no obstante, se quebraron en los primeros hoyos de la última jornada con dos bogeys en los hoyos 1 y 5 y, sobre todo, con un doble bogey en el hoyo 3.
Cuatro semanas después llegaría su tercer puesto en el WGC – Mexico Championship, una de las citas marcadas en rojo en el calendario. Con todos los focos encima, Jon Rahm no se arrugó y se marcó una semana vibrante que tuvo su momento de mayor brillantez en una tercera ronda sencillamente espectacular: tarjeta de 61 golpes coronada por un impresionante eagle en el hoyo 17 y récord del campo de Chapultepec Golf Club.
A todos estos excelentes resultados expuestos súmenle una novena plaza ‘en casa’, en Arizona, en el Waste Management Phoenix Open. Luego llegó el inesperado parón de tres meses que vino seguido de unas semanas en las que Rahm tomó carrerilla para esto, para hacer historia y emular, una vez más, a su idolatrado Severiano Ballesteros.