Este sistema de certificación evalúa a las entidades inscritas año tras año y, una vez constatado el cumplimiento de las condiciones y objetivos, notifica el resultado al año siguiente: es decir, en 2019 el Ministerio validó el cumplimiento del club durante 2018 y, en 2020 (concretamente a finales de mayo), ha validado que La Herrería ha alcanzado durante 2019 los objetivos comprometidos de reducción de emisiones de CO2.
Una muestra que pone de manifiesto, una vez más, el compromiso del golf con la sostenibilidad, con las buenas prácticas y con la menor incidencia posible en la naturaleza.
En lo que respecta al club, la medición realizada en 2019 ha arrojado una reducción de un 8,19% de la media de la intensidad de emisión de CO2 durante el periodo de 2017 a 2019 en relación al trienio anterior, 2016 a 2018.
Para conseguirlo, desde el Departamento de Calidad y Medioambiente del club, a cargo de Ana Cimiano, se han centrado los esfuerzos en el ahorro energético derivado de la iluminación y los sistemas de calefacción, así como en el empleo, cada vez en mayor proporción, de fitosanitarios ecológicos.
Este último punto ilustra a la perfección la filosofía del concepto »huella de carbono» puesto que los fitosanitarios químicos son responsables de una gran cantidad de emisiones de CO2 en el momento de su elaboración debido a la extracción de recursos cada vez más escasos y a los procesos químicos a los que son sometidos. Así que, cuanto menor sea su empleo por parte de una entidad como La Herrería, menor es la huella de carbono que ésta va a generar a nivel global.
Hoy por hoy, los fitosanitarios ecológicos no tienen la misma eficiencia que los químicos, de ahí que el club tenga que buscar un equilibrio en el empleo de uno y otro tipo, y en esto el club viene haciendo un esfuerzo importante en los últimos años. “Hemos ido incrementado el porcentaje de fitosanitarios ecológicos en los últimos años y eso ha contribuido a que el registro de emisiones asociadas a nuestra actividad se reduzca”, asegura Ana Cimiano.
En el capítulo del ahorro energético, el objetivo se ha cumplido mediante soluciones sencillas y a la vez muy eficaces. El empleo de tecnología LED, la instalación de relojes solares para activar la iluminación nocturna en las instalaciones (que evita derrochar energía) o el control termostático eficiente de todos los sistema de calefacción ha contribuido a reducir notablemente el consumo de energía y, por tanto, las emisiones de dióxido de carbono.
»Es cierto que la renovación de esos sistemas supone una inversión inicial –explica la responsable de Calidad y Medioambiente del club–, pero tiene un doble efecto beneficioso a muy corto plazo: el ahorro en la factura energética y, por supuesto, la reducción de emisión de gases de efecto invernadero».