Unos campos de golf que, a pesar del aplazamiento de los torneos y la nula actividad deportiva de estas semanas, necesitan un mantenimiento constante, tanto en el riego como en el cuidado de calles y greenes. Sin el adecuado cuidado los campos corren el riesgo de no estar en condiciones cuando se levanten las restricciones y ello conllevaría un tiempo adicional donde la actividad deportiva y comercial del sector seguiría paralizada con las nefastas consecuencias que conllevaría para el sector de la industria del golf nacional.
Por ello la RFEG sigue trabajando conjuntamente con la Asociación Española de Campos de Golf y la Asociación Española de Greenkeepers en defensa de los campos y la industria del golf en España.