Rahm sigue dando pasos, o más bien zancadas si llevamos la metáfora al terreno físico y tenemos en cuenta su imponente presencia, en su meteórica trayectoria como profesional y ya son cuatro los top ten que acumula en los torneos grandes en tres años como profesional. Antes, el golfista vasco había deslumbrado en su carrera como amateur en España y Estados Unidos, culminada con su nombramiento como mejor jugador universitario (al recibir el premio Ben Hogan) en 2015 y 2016, su triunfo individual en el Trofeo Eisenhower de 2014, sacando del libro de récords a un tal Jack Nicklaus al conseguir el resultado más bajo en esta competición, y sus 60 semanas como número uno del mundo amateur, también récord en este ranking.
Luego llegaron sus primeros escarceos en el ámbito profesional, y su gran quinta plaza en Phoenix, las tarjetas del PGA Tour y del European Tour conseguidas por la vía rápida, sus primeros títulos (Farmers Insurance Open, Dubai Duty Free Irish Open, DP World Tour Championship) y el flirteo con el número uno del mundo, al que estuvo a punto de acceder a principios de 2018. La simbólica y espectacular victoria en el Open de España, sus otros triunfos internacionales y su participación en la Ryder Cup 2018 disputada en Francia redondean un historial cuyas estadísticas apabullan.
En 80 torneos contra rivales profesionales desde su estreno en el Abierto de Phoenix de 2015, Jon Rahm acumula siete victorias y 37 puestos entre los diez mejores (es decir, lo consigue el 46,25% de las veces). Si nos centramos en el European Tour, ha logrado tres triunfos y siete top ten en los nueve torneos regulares que ha jugado (sin contar los majors ni los torneos de los WGC). Todas estas cifras se traducen en una estadística no menos contundente: lleva 21 meses como mejor español en el ranking mundial.
Con este historial, al jugador de Barrika cada vez le quedan menos muescas que marcar en la empuñadura de su putter, pero cabe suponer que una de ellas es firmar un buen torneo en Valderrama, sede del Estrella Damm N.A. Andalucía Masters y club que está en el origen de la carrera golfística de Jon. Lo contaba Edorta, padre de Jon, hace dos años.
“Tengo un grupo de amigos de Bilbao con los que hago mucho deporte, jugábamos al pádel, esquiábamos, etc. Dos de ellos fueron a la Ryder Cup gracias a una invitación y volvieron alucinados. No tenían ni idea de golf, pero contaron que fue muy emocionante. Dos años después, Eduardo Celles abrió su escuela de golf en Bilbao y nos apuntamos. En 2003 comenzaron a jugar mi mujer, Ángela, y mis hijos Jon y Eriz”.
Ya con el veneno del golf en la sangre, Rahm visitó Valderrama por primera vez en 2007 y tuvo la oportunidad de seguir de cerca en el Volvo Masters de aquel año a jugadores con los que hoy libra duelos épicos o incluso ha compartido vestuario y campo en la Ryder Cup: Sergio García, Ian Poulter, Paul Casey, Thomas Björn… Más adelante tuvo la oportunidad de jugar el campo como amateur, cuando visitó Valderrama al acudir con el equipo nacional a la Copa Sotogrande, y en 2017 se producía su debut como profesional en suelo español en el entonces llamado Andalucía Valderrama Masters.
“Valderrama es uno de los mejores diseños que he visto en mi vida, visualmente es precioso y está cuidado de una manera maravillosa. No hace falta que los campos midan 10.000 metros para ser exigentes. Valderrama me parece divertidísimo, te hace pensar y jugar todo tipo de golpes y, si fallas, te la puedes jugar. Te mantiene en vilo”, definía Jon. “Me encantan los campos clásicos en los que hay que emplear diferentes estrategias. Es golf en estado puro”.
En 2019, y compartiendo la cabeza de cartel del Estrella Damm N.A. Andalucía Masters con Sergio García, quiere dejar atrás aquel corte fallado hace dos años que, como explicó posteriormente, fue fruto de su nivel de exigencia.
“Fue un tema mental. Sabía las ganas que tenía la gente de que yo jugara bien y le di demasiada importancia a cada golpe sin jugar todo lo fluido que suelo jugar. Mentalmente no estaba fino porque me impuse la responsabilidad de jugar bien”, contaba Rahm.
Con el recuerdo reciente de su gran papel en el U. S. Open, Rahm vuelve a Valderrama con la misma ilusión de aquel chaval que vio de cerca allí por primera vez a sus héroes deportivos.
“De aquel niño que fue por primera vez a Valderrama en 2007 queda todo. Sigo con la misma ambición y los mismos sueños, pero tengo la suerte de que los sueños se están cumpliendo”.