Finalizaré el año jugando el Hero World Challenge, el torneo invitacional de Tiger.
Sabía que la Ryder Cup iba a suponer un gran desgaste físico, mental y sobre todo emocional. Más si cabe, si tenemos en cuenta que venía de jugar la final de la FedEx Cup en Atlanta, otro test muy exigente. Sin embargo, sincermanete no pensaba que me iba a quedar tan vacío después de París. No podía ni coger un palo y fue la razón principal por la que no jugué en Valderrama. Estuve dos semanas sin hacer nada, muy cansado.
Tanto me afectó que yo creo que me duró incluso hasta el principio del WGC HSBC Champions. Los dos primeros días noté el desgaste emocional que arrastraba desde la Ryder, además de la propia inactividad de esas semanas. Fue una mezcla de sensaciones. Como si me costara coger de nuevo el ritmo con el swing y la competición.
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