Este hoyo 10, de casi 160 metros está, al igual que el resto del campo, muy condicionado por los vientos. Da inicio, además, a una secuencia de nueve hoyos de un paisaje fabuloso y de alguna otra complicación que vale la pena si se quiere disfrutar al 100% de jugar en un recorrido muy cercnao al famoso Royal Birkdale.
En esta instalación se jugaron, a finales de los 70, torneos de renombre como el British Ladies Championship en 1977, el Amateur Championship dos años después y, ya en 1982, el PGA Championship del European Tour.
La dificultad, sin duda alguna, son los bunkers profundos que protegen el green y que hacen que llegar no sea tarea sencilla; de hecho, el propio Greg Norman lo consideró en su tiempo como uno de los mejores diseños de Inglaterra.
Por lo tanto, y con el palo en la mano, conviene tomar constancia de por dónde tirar, intentando que el viento no lleve nuestra bola a alguno de los obstáculos de arena y terminemos por pedir la hora ante la imposibilidad de llegar siquiera al green. Una vez allí, la tarea más ardua está conseguida y sólo faltará que la bola alcance nuestro objetivo y podamos seguir avanzando. Un hoyo, sin lugar a dudas, muy prolífico en bogeys para los amateurs.