Hemos puesto los dos pies en el diseño de Harry S. Colt y, en concreto, en el maravilloso par 4 con que se corresponde este hoyo 1 que se hace acompañar de bunkers que protegen (y muy bien) la llegada al green.
Como decimos, es un par 4 de poco más de 400 metros en el que, en principio, es fácil pensar en llegar sano y salvo al green, pero no hay que confundirse, pues puede resultar muy complicado. Y es que para lograr ese objetivo hay que solventar no solo la complicación del viento, ya que se encuentra junto al mar y eso siempre complica las cosas, sino también las dunas existentes a ambos lados de la calle.
El campo se inauguró en 1928 y desde entonces ha albergado en muchas ocasiones el Open holandés de golf femenino, lo que dice mucho de la calidad y complejidad de su recorrido, ya que esta es una prueba del Ladies European Tour.
Este primer desafío es largo y recto, por lo que con un buen golpe de drive recortaremos muchos de sus metros y, por qué no, podríamos incluso llegar con el segundo golpe al green, y aquí es donde viene lo complicado.
A su alrededor, por la derecha, la izquierda y la parte trasera, se encuentra un invitado de excepción, el tojo. Este arbusto, que forma densos matorrales, atrapará nuestra bola si nos pasamos lo más mínimo de fuerza y entonces, estaremos perdidos. Fábricas de golpes extra en la tarjeta, los arbustos impedirán que te relajes lo más mínimo con el putter, a lo que hay que añadir también la presencia de pequeños obstáculos de arena en su superficie.