El reglamento anti-dopaje del PGA Tour va a sufrir varias modificaciones con el fin de adaptarse a los nuevos tiempos y poder así combatir las nuevas sustancias prohibidas que van surgiendo y que han sido notificadas desde la Agencia Mundial Anti-Dopaje.
Por ello, el hecho de que una de las figuras del circuito, Rory McIlroy, se muestre a favor de introducir dichos cambios, es todo un aliciente para avanzar en su implantación.
Así, continuarán las pruebas de orina pero se introducirán diversos métodos para hacer aun más amplio el espectro de control y más complicado el dopaje: «Si no hacemos análisis de sangre, no estamos haciendo todo lo que podemos para asegurarnos de que el golf es un deporte limpio. Así que, obviamente, me complace la noticia».
«Si el golf quiere ser un deporte olímpico, tiene que subirse al carro del resto de los deportes. Además, no creo que nadie deba tener miedo, no creo que el golf tenga ningún problema de posible dopaje, aunque sí hay que tener mucho cuidado con lo que se toma. Pero eso es parte de ser un deportista profesional», añadió.
