El norteamericano Tiger Woods ha vuelto a pasar por el quirófano. El que fuera número uno del mundo volvió a someterse a una operación y, de nuevo, pospondrá su vuelta a los campos, al menos otros seis meses.
Así lo anunciaba el propio jugador en su página web, en una nota que rezaba lo siguiente: «La operación ha salido bien y soy optimista en lo que respecta a aliviar los dolores de espalda. Cuando me recupere, espero poder volver a hacer una vida normal, jugar con mis hijos y competir en el golf profesional. Y sobre todo, vivir sin el dolor contra el que he estado luchando tanto tiempo».
El motivo de esta nueva cirugía es un disco invertebral estrechado de manera muy severa debido a las hernias que ya posee y a las operaciones anteriores, que han repercutido negativamente en el jugador.
El procedimiento realizado se llevó a cabo entre las vértebras L5 y S1, y su objetivo era aliviar la presión sobre el nervio, permitiendo así más posibilidades de curación en la zona, todo ello supervisado por el doctor Richard Guyer, en el Texas Back Institute.
Ahora toca descansar para poder iniciar, en dos o tres semanas, el proceso de rehabilitación para volver a tener una vida normal sin dolores y, quién sabe, si en algún momento, poder jugar al golf, aunque no sea en competición.
«Me gustaría agradecer a todos los aficionados por preocuparse por mí y desearme lo mejor», dijo Woods. «El apoyo que he recibido no disminuye y me ayuda mucho», concluyó.