Reapertura de campanillas, como si de una instalación completamente nueva se tratara. Eso es lo que va a vivir el Centro Nacional de Golf este próximo miércoles tras renovar por completo su sistema de riego.
La obra, que comenzó el pasado 26 de julio, va a permitir optimizar el uso y gasto de agua del complejo, y ha tenido lugar en dos fases. En un primer período, del 26 de julio al 22 de agosto, se clausuraron los hoyos del 1 al 9 para dar paso, del 23 de agosto al 11 de septiembre, a la segunda vuelta.
Finalizada la obra, el Centro Nacional de Golf ha desplazado más de 400 aspersores en tees, calles, antegreenes y greenes para convertirse en un campo sostenible y un ejemplo de gestión eficaz y responsable en el uso del agua.
Más aún, se ha mejorado su jugabilidad y, con ello, se ha conseguido un recorrido más fácil y divertido, con una estética bien diferente: las zonas de juego están verdes mientras que el rough presenta su color natural, ya que está cuidado pero sin riego.
Y lo más importante de todo es que esta labor se ha realizado con recursos propios del Centro Nacional de Golf.