Un año en el dique seco es demasiado apra un deportista de élite, acostumbrado a ganar y reinar en la clasificación, pero las lesiones llegan para todo el mundo y la espalda ha sido un auténtico quebradero de cabeza para el bueno de Tiger Woods.
Eso sí, parece que el largo y oscuro túnel va encontrando un mínimo haz de luz que se hace más fuerte y ahora, puede que el paso dado le haya sacado por fin de él.
En su página web nos sorprendía con unas declaraciones en las que dejaba claro que volvía, que regresaba para competir, y que lo hará el próximo 13 de octubre (si bien unos días antes llegará al USLI para tomar parte en el Tiger Woods Invitational (10 y 11 de octubre en la Península de Monterrey), dentro de poco más de un mes, en el Safeway Open (13-16 de octubre) en el Silverado Resort and Spa de California; poco más tarde, también ha anunciado que estará en el Turkish Airlines Open entre el 3 y el 6 de noviembre en Antalya, para cerrar el círculo en Bahamas, en el Hero World Challenge, de la mano de su Fundación, entre el 1 y el 4 de diciembre.
«Mi rehabilitación está en el punto en que me siento cómodo, pero todavía queda trabajo por hacer, aunque ya estoy pensando en ir a California con mi fundación y también volver a Turquía, algo que peude ser muy divertido», comentaba el propio Tiger.
«Ha sido complicado perderse torneos tan importantes para mí, pero este tiempo he estado concentrado en mi recuperación y en pasar tiempo con mis hijos, Sam y Charlie, y también trabajando en proyectos como diseños de campos, en el próximo 20º aniversario de mi fundación y en mi libro sobre el Masters de 1997, pero echo de menos competir», añadía.
Todo ello desde que el pasado agosto de 2015 colgará los palos para recuperarse de sus dolencias, algo que se ha ido alargando sobremanera. Veremos si en su vuelta puede volver a dar muestras de la gran clase que tiene o si, por el contrario, la espalda vuelve a ganarle la partida.