La primera vez fue en 1966 y tuvo como escenario el cercano y entonces recién inaugurado RCG Sotogrande donde triunfó el argentino Roberto de Vicenzo con 279 golpes. Cuatro años más tarde, en el campo marbellí del RCG Las Brisas, diseñado también por Robert Trent Jones, el título se quedó en casa al proclamarse campeón Ángel Gallardo, vicepresidente del Circuito Europeo.
Gallardo ganó con 284 golpes y dos de ventaja sobre el inglés Neil Coles y el irlandés Christy O’Connor Sr.: «El último día jugamos los tres juntos y nos siguió muchísima gente, Marbella estaba de moda. Fuimos muy igualados durante toda la vuelta y llegamos al 17 empatados. Yo hice birdie, ellos bogey, y los tres terminamos con par en el 18. ¡Fue increíble! Con anterioridad había ganado en Holanda, Portugal y México, pero la victoria en el Open de mi país, con la que siempre había soñado, fue la más emocionante de mi carrera», evoca Gallardo.
Tuvieron que transcurrir nueve años para que el Open se celebrara de nuevo en Andalucía, en 1979 en Torrequebrada (Benalmádena, Málaga), un campo diseñado por el genial malagueño, recientemente fallecido, Pepe Gancedo, el «Picasso» del golf, que fue el amateur mejor clasificado cuando Ángel Gallardo ganó en Las Bisas en el 70. El sudafricano Dale Hayes se alzó con el trofeo con 278 golpes, dos menos que el escocés Brian Barnes y tres menos que José María Cañizares y Bernard Gallacher. Aquella fue la primera vez que el Open de España tuvo un patrocinador titular –Benson&Hedges-, algo impensable hasta la fecha; desde hace diez años cuenta con el leal apoyo de Reale como principal patrocinador.
En los años 83 y 87, sería de nuevo Marbella, capital de la Costa del Sol, la que acogiese la prueba en el recorrido de Las Brisas. En la década de los 80, la Costa del Sol gozaba ya de reconocimiento al disponer de unas infraestructuras hoteleras y golfísticas sobresalientes en toda Europa, lo que atrajo a los mejores jugadores y a numeroso público. Con tales elementos, el torneo fue un éxito en ambas ocasiones proyectando al continente europeo la importancia internacional de nuestro país y de Andalucía a la cabeza del turismo.
Eamonn Darcy venció en 1983 con 277 golpes, uno menos que Manolo Piñero y tres de ventaja sobre José María Cañizares y Manolo Montes, protagonizando los tres españoles y el irlandés un tenso y emocionante final. El triunfo de Sir Nick Faldo en el 1987, con 286 golpes, dos menos que Seve Ballesteros y el sudafricano Hugh Baiocchi, fue esencial para que recuperase la confianza después de tres años de sequía. Dos meses más tarde ganó el Open Británico, el primero de sus seis Grandes.
Dos anécdotas se produjeron en 1987 que suscitaron casi tanta atención como la victoria de Faldo: José María Olazábal (que ya sumaba dos títulos en el año de su debut en la Ryder Cup) falló el corte y el sábado salió al campo como marcador; por primera vez se instaló lo que ahora es habitual y entonces fue novedad, una carpa de grandes dimensiones para la época, en la que, durante la fiesta de entrega de premios del Pro-Am, actuó la famosísima Lola Flores.
Con el cambio de siglo, en 2005 y 2006, el Open viajó a la vertiente atlántica de Andalucía, al recorrido gaditano The San Roque Club, donde se alzaron con el triunfo, como manifestación de los aires nórdicos que ya invadían el golf europeo, los suecos Peter Hanson y Niclas Fasth, tras imponerse respectivamente en play-off a Peter Gustafsson y a John Bickerton.
Por fin Sevilla, la capital de Andalucía, sería anfitriona del Open de España en 2008, 2010 y 2012, celebrándose las tres ediciones en el recorrido del Real Club de Golf de Sevilla, alabado y reconocido por todos los participantes no solo por su diseño, obra de José Mari Olazábal, sino por su calidad y magníficas condiciones. Los ganadores fueron: Peter Lawrie, se impuso a Nacho Garrido en play-off tras empatar a 273 golpes, Álvaro Quirós, también ganó en play-off a James Morrison con 277 golpes- y Francesco Molinari con un acumulado de 280, tres golpes menos que Alejandro Cañizares, Søren Kjeldsen y Pablo Larrazábal.