El pasado domingo quedó certificado que Noemí Jiménez plantará cara este año en el Ladies European Tour, ya que en su debut lograba meterse dentro del top-10, todo un logro para una figura que ya no es solo futuro, sino también presente.
Junto a su terremoto de juego se producía otro de origen natural, de 5,9 grados en la escala de Richter, que provocó el nerviosismos de las jugadoras que ultimaban su participación en el ISPS Handa Women’s NZ Open, entre ellas la española.
El segundo terremoto, por contra, llevó la firma de una golfista andaluza, Noemí Jiménez, y se tradujo en un top ten en su primer torneo como profesional en el Ladies European Tour. Ahí queda eso.
Ahora, como hemos podido saber a través de la Real Federación Andaluza de Golf, Noemí se encuentra en Los Ángeles, tras vivir más de 16 horas de vuelo y 21 de jet lag para disputar su primer torneo del Symetra Tour, el circuito lanzadera del LPGA: «Estoy cansada, sin saber muy bien en qué hora vivo, pero muy contenta por el resultado en Nueva Zelanda. Lo habría firmado antes de empezar, aunque luego, estando ahí y viéndome arriba, está claro que me hubiera gustado pelear hasta el final por el triunfo. De todos modos, el domingo fue el peor día de juego largo de la semana, así que estoy contenta por haber conseguido aguantar gracias al juego corto y al putt».
Noemí fue testigo directo del terremoto que azotó con fuerza al campo de golf y sus alrededores. Concretamente, estaba jugando el hoyo 2: «Estaba en el rough, preparando el golpe, viendo qué palo iba a pegar cuando la tierra empezó a moverse. Fue alucinante y extrañísimo. Jamás había sentido un terremoto en mi vida, así que no tenía ni idea de lo que estaba pasado. Miré a todos lados hasta que el público que estaba siguiendo el partido y que estaba muy cerca en ese momento (estaba en el rough) me dijo: «tranquila, es un terremoto».
El movimiento de tierra dejó a la jugadora andaluza un poco mareada. «Me dijeron luego que hubo varias réplicas, así que igual fue eso, pero sí que tenía el cuerpo raro después del terremoto. Me dio rabia porque me pilló en el hoyo 2, que se me había dado bien los dos días anteriores y no pude hacerle birdie. No le pegué bien. Al principio estaba un poco asustada porque nos habían contado lo del terremoto de 2011, que fue muy fuerte, y no sabíamos lo que iba a pasar, pero después me centré en el golf y sin jugar bien pude sacar una buena vuelta»,
«Fue una vuelta a lo Seve, como me dijo mi madre, que estuvo conmigo de caddie, no estaba jugando bien, así que tiré de mentalidad. Dejé de pensar tanto en el swing y me puse a jugar al golf, con rabia. Me dije: si hacemos 80, pues nada, pero vamos a por todas, y salió bien. Se me escapó una buena opción de birdie en el hoyo 16 y acabé con un bogey en el 18, que siempre fastidia, sobre todo porque fallé la calle por muy poco y porque el viento hizo lo que quiso con la pelota, pero la verdad es que se me quedó muy mal en el talud del búnker, así que fue un buen bogey».