Sergio García debutó en la Ryder de 1999 y fue amor a primera vista, consiguiendo desde entonces 18 puntos en sus 28 partidos jugados. Su estilo, muy útil para el match play, está conformado al igual que la mejor pareja de la historia de la Ryder, formada por José María Olazábal y Severiano Ballesteros.
«Siempre he dicho que la Ryder es el evento mejor y más importante del golf. La energía que crea es algo único, no he visto nada igual y creo que por eso significa tanto para mí».
García, el jugador más joven de la historia del torneo, debutó en el prestigioso encuentro a los 19 años y con tan solo 34 tiene ya la categoría de veterano, estando en el lado ganador en cuatro de sus seis participaciones.
«La Ryder nos une, une a todo un continente y nos apasiona a todos, ya seas europeo o norteamericano, porque nos da la oportunidad de jugar en equipo. En el vestuario conoces a compañeros a los que nunca habrías llegado a conocer y nos sentimos todos unidos. Yo he tenido la suerte de hacer grandes amigos gracias a la Ryder».
Otro de los alicientes para él en lo que respecta a esta gran competición, es el hecho de que puede pasar de todo. «Hemos visto cosas increíbles, putts kilométricos o golpes milagrosos. A mí me encanta esa forma de jugar al golf y estar en el centro de tanta emoción. Estoy seguro de que el público va a hacer ruido, de eso ya se encargarán los escoceses, pero también habrá gente de toda Europa, y entre todos nos ayudarán a conservar la copa».