El nuevo campo de golf situado en Barra da Tijuca, que se construye especialmente para la cita olímpica, no ha sido la excepción dentro de estas discusiones.
El motivo principal de duda se debe a que todavía no se ha definido completamente el capital que se destinará a la construcción de los diversos recintos y, paralelamente, hay quienes critican las grandes inversiones deportivas en lugar de utilizar los recursos en proyectos de salud, educación y vivienda, entre otros. Todo esto una vez quedaron atrás cuestiones legales por el terreno donde se jugará el golf olímpico.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, señaló en agosto pasado que si fuese por él no construiría un nuevo campo de golf en la ciudad “para un deporte que no es ni va a ser popular en Brasil”. Aún así, el edil respalda el proyecto golfístico.
Este ha sido un escenario complicado para Gil Hanse, diseñador a cargo de la construcción del recorrido olímpico. Hace unos días, el destacado arquitecto estadounidense se mostró decepcionado por los retrasos que se han producido en las obras en Barra da Tijuca.
“El sistema de riego aún no llega al sector de las obras, lo que sigue retrasando todo”, explicó el diseñador del campo a Golf Digest. “Cuando asumimos el proyecto nadie nos advirtió que existirían todos estos problemas”.
De todas formas, Hanse también destacó estar “muy entusiasmado” con el terreno y que aún no era tiempo de mostrarse pesimista con respecto a los plazos estipulados.
Opinión similar a la mostrada por Ty Votaw, vicepresidente ejecutivo del PGA Tour y vicepresidente de la Federación Internacional de Golf, quien también destacó el potencial que posee el terreno donde se levantará el campo de golf.
“Me llamó la atención las subidas y bajadas del recorrido, y la influencia que va a tener el viento en el torneo”, señaló Votaw. “Este campo tiene el potencial de ser especial”.