Golf Confidencial . Etiquetado de esnob y elitista, el golf se sacude prejuicios y gana adeptos a base de buenos argumentos: es un excelente ejercicio cardiovascular, se practica al aire libre, relaja, tonifica la musculatura y es un deporte de baja intensidad. Durante un partido se recorren, entre greens y búnkers de arena, una media de entre siete y 10 kilómetros con suaves pendientes, por lo que es un gran aliado cardiovascular: regula la presión arterial y contribuye a mantener los triglicéridos y el colesterol a raya.
Es una actividad relajada y agradable, perfecta para ‘enganchar’ a alérgicos al deporte en general y al gimnasio en particular. Su ritmo estable, escaso impacto en huesos y articulaciones, y las asequibles exigencias físicas que requiere lo hacen altamente recomendable, incluso, para personas de edad avanzada. También es una excelente opción para aquellos que tengan problemas cardíacos o del sistema músculo esquelético, porque es un deporte dinámico, pero al mismo tiempo de baja intensidad. Además, sus movimientos tonifican la musculatura de brazos, espalda, tórax, abdominales y lumbares. En este deporte se trabaja el equilibrio, los abdominales, las piernas, los hombros…
Los expertos en medicina deportiva señalan que al realizar un swing (movimiento para golpear la bola) se utilizan 13 articulaciones y 69 músculos. Además, potencia la visión espacial, previene la osteoporosis y resulta favorable para las personas con sobrepeso, enfermos cardiovasculares o depresión, ya que ayuda a mantener el ritmo cardiaco y estimula la capacidad de motivación y autoconfianza. No hace falta una preparación a nivel competitivo ni que todos los jugadores tengan el mismo nivel. En un recorrido de 18 hoyos se queman unas 1000 calorías. Y como se practica al aire libre contribuye a una mejor oxigenación de la sangre y ayuda al organismo a sintetizar la vitamina D. Caminar (el ejercicio ideal y sin contraindicaciones) es la base de este deporte, por eso, siempre que se realice correctamente, no existen límites para su práctica. Sin embargo, conviene compensar el esfuerzo al que los continuos giros someten a la espalda, con un día a la semana de natación.
En una vuelta se pueden ver jugadores de handicap 36 (principiantes) hasta handicap cero (profesionales). Y cualquiera podría enfrentarse a Tiger Woods o Sergio García, el niño. Quien gane el partido ya es otra cosa. Y si hay algo que fomenta el golf, es la educación, que va desde el vestuario hasta el comportamiento en el césped. … y la mente. El golf no es sólo un ejercicio físico, también es un importante ejercicio mental. Requiere de una gran concentración y disciplina, sobre todo en los momentos finales, cuando por fin hay que introducir la bola en el agujero.
El golf requiere de una gran concentración, mucha disciplina y una elevada capacidad de análisis, que es infalible para desconectar de otras preocupaciones y pondrá a prueba tus neuronas. Además como todo ejercicio al aire libre, estimula el buen ánimo y tiene efectos antidepresivos.
Por todo ello VIVA EL GOLF.
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