Golf Confidencial . El mundo del golf quiso acompañar a la familia en el último adiós que Jaime Ortiz-Patiño recibió en Sotogrande. Junto a sus hijos Felipe y Carlos y su esposa Uta, estuvo un nutrido grupo de representantes de este deporte, así como todos los trabajadores del Club de Valderrama.
Deportistas como Miguel Ángel Jiménez o Juan Quirós; responsables de los clubes de golf de la zona, con Javier Reviriego, gerente de Valderrama a la cabeza, Ángel Gutiérrez (La Cañada) o Agustín Mazarrasa (RCGS), así como el presidente de la RFEG, Gonzaga Escuriaza, o la presidenta honorífica Emma Villacieros, fueron sólo algunas de las caras conocidas que participaron en la misa que se ofició en memoria de Jaime Ortiz-Patiño.
Ante las cenizas del impulsor de este deporte en España, y decenas de ramos de flores llegados de un buen número de entidades españolas y europeas, el padre Agustín ofició una ceremonia en la que su hijo Felipe se encargó de ofrecer una semblanza de Jaime Ortiz-Patiño.
Durante su emocionado discurso, Felipe Ortiz-Patiño destacó que todos los logros de su padre fueron posibles ya que contaba con “tiempo, dinero, energía, pasión y un carácter único. Era el carácter de un constructor de catedrales y es que mi padre vio que en seis años su campo podía convertirse en el mejor del mundo. Tenía una energía increíble, no infinita, pero sí increíble, y una voluntad que a veces llegaba a la obstinación pero sin la que Valderrama no hubiera sido lo que es hoy en día. Además tenía una generosidad insospechada, tal y como demostró con La Cañada, con el Real Club de Sotogrande y con los becarios de greenkeeper que mandaba a estudiar a Estados Unidos”.
Tras esta misa, su familia cumplirá su último deseo, que sus cenizas descansen junto a la de sus padres en París y Bolivia.